El 10 de mayo. Ese día todos los propietarios que quieran alquilar sus pisos a turistas deberán contar con licencia para desarrollar esta actividad. Así lo anunció ayer la directora xeral de Turismo, Nava Castro, en víspera de que se publique en el Diario Oficial de Galicia (DOG) el decreto sobre viviendas de uso turístico. Los concellos también tendrán su papel en la regulación autonómica que pretende acabar con la competencia desleal que este tipo de alojamiento suponía para los profesionales del sector. El Ejecutivo autonómico facultará a los ayuntamientos para que, si así lo consideran, puedan establecer limitaciones en el número de viviendas disponibles por edificio o por barrio para evitar que haya una "saturación" del mercado, como ocurre en Barcelona. Además, las comunidades de vecinos también podrán establecer restricciones sobre estos arrendamientos.

Tras varios aplazamientos de la entrada en vigor de la normativa que establece los requisitos que debe reunir una vivienda para alquiler turístico en la comunidad, será finalmente a partir del próximo 10 de mayo -un mes después de Semana Santa- cuando la Xunta empiece a sancionar a aquellos propietarios que no estén registrados para llevar a cabo esta actividad. Las multas van de los 900 euros hasta los 9.000 de máximo.

La directora xeral de Turismo defendió ayer que el decreto aprobado por la Xunta convertirá a Galicia en la "menos restrictiva" de toda España en esta materia. La normativa gallega, según apuntó Nava Castro, es "flexible" con los propietarios de los pisos destinados a turistas y permitirá "erradicar" los problemas que generaron en los últimos años en el sector hotelero. Los profesionales calculan que en la comunidad hay unas 10.000 viviendas que los particulares comercializan bajo la modalidad de alquileres turísticos -por periodos inferiores a 30 días- y que se concentran sobre todo en las zonas de costa y en los núcleos urbanos.

En los últimos años, la Xunta reconoce que se produjo un "auge" de la demanda de viviendas turísticas con la aparición de plataformas en internet que facilitan la búsqueda de alojamiento y la contratación de la estancia. Los datos hablan por sí solo. Tres de cada diez visitantes extranjeros que eligieron el año pasado Galicia como destino se alojaron en pisos, según detalló la directora de Turismo. Castro quiso destacar que el decreto que regula la actividad ha sido "consensuado " con todo el sector" y "es el menos restrictivo" de todo el país, ya que "no exige un mínimo de habitaciones, ni de estancias, ni de metros cuadrados, ni wifi, ni hojas de reclamación en inglés".

La normativa afectará a todos los inmuebles que sean cedidos a terceros al menos dos veces al año a cambio de una contraprestación económica y para estancias de corta duración -siempre inferior a 30 días seguidos-.

El propietario que ponga su vivienda en alquiler a turistas deberá remitir a la Xunta una declaración responsable en la que garantiza el cumplimiento de los requisitos, para acto seguido quedar inscrito en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas de Galicia, que requiere el pago de una tasa única de 56,26 euros. Pero además tendrá que realizar una comunicación previa al ayuntamiento, contar con la licencia de primera ocupación o con el título de disponibilidad, un seguro de responsabilidad civil para asumir eventuales daños a los inquilinos y tener un libro de visitas, hojas de reclamación y una sala de recepción, o en su defecto, un teléfono de atención las 24 horas para los clientes.