"Las plagas como la polilla guatemalteca no conocen fronteras e irán a más o amenos según las condiciones climatológicas", avisa Juan Carlos García Pose, portavoz de la Asociación Rural Galega, quien confía en que se pueda atajar el problema porque "hay los medios para ello".

Este productor de patatas en Coristanco -concello coruñés incluido en la IXP- destaca que la prohibición de sembrar el tubérculo en los ayuntamientos en los que se ha detectado su presencia es "solo una parte". Considera que lo más importante es "llevar todo el conocimiento sobre las medidas fitosanitarias que se deben usar para evitar la propagación de la plaga al territorio" informando a todos los productores.

García Pose señala que en plantaciones que se dedican al sector de forma profesional como la suya ya se toman todas las precauciones como las trampas con feromonas en tierra y en el almacén o tratamientos fitosanitarios. Pero avisa de que es a las personas que solo siembran para "autoconsumo" a las que hay que concienciar e insistirles en el peligro que conlleva si en su finca se detecta la plaga porque puede ser el foco desde el que se extienda a otras zonas más grandes si no cumplen las normas. "Hay que estar vigilantes y buscar las mejores soluciones en beneficio de todos", insiste.