Los presupuestos de la Xunta para 2017 alcanzarán 9.063 millones de euros, 259 más que el año pasado, tras ser aprobados ayer sin cambios por el PP, que tumbó las 1.113 enmiendas de la oposición, a pesar de la invitación al diálogo en su toma de posesión del presidente del Ejecutivo, Alberto Núñez Feijóo, cuando tendió la mano a PSdeG y, en menor medida, BNG, excluyendo a una En Marea que veía radical.

Por primera vez desde 2011, Galicia superará la barrera psicológica de los 9.000 millones, pero en el ámbito político la situación parece no variar. El año pasado el PP tampoco aprobó ninguna enmienda de sus rivales, con los que siquiera ha logrado un acuerdo sobre la financiación autonómica.

La celebración de las elecciones autonómicas en septiembre retrasó la aprobación de las cuentas hasta ayer tras una tramitación que comenzó en diciembre.

La sesión ofreció un nuevo enfrentamiento entre populares y oposición. En Marea, PSdeG y BNG criticaron la "soberbia y arrogancia" del PP, que cuenta con 41 de los 75 diputados, por no aceptar ninguna de sus propuestas, salvo un enmienda en comisión del Bloque para agilizar la comunicación de las modificaciones presupuestarias a la Cámara.

El portavoz de los populares, Pedro Puy, alegó que ninguna de las ofertas de cambio por parte de sus rivales políticos mejoraba el proyecto remitido desde la Xunta. "Dicen que al rechazar las enmiendas nos oponemos a cuestiones buenas, pero yo podría invertir el argumento; y es que ustedes al no apoyar estas cuentas rechazan un modelo que está dando buenos resultados", replicó. "Me gustaría haber aprobado alguna enmienda, pero es difícil cuando se hacen para que no se aprueben, para que no puedan ser aceptadas", cargó Puy antes de defender las cuentas de este ejercicio como una herramienta para contribuir a la recuperación una vez que celebró "el fin de la recesión.

"Son unos presupuestos expansivos, prudentes y cumplibles, equilibrados y que están contribuyendo a que, una vez abandonada la recesión, se pueda seguir creciendo y redistribuyendo los resultados de ese crecimiento para que nadie en Galicia tenga problemas", dijo.

En Marea mantuvo su impugnación de unas cuentas que suponen la "consolidación de una estafa", en alusión a que se mantienen "privilegios" para los más beneficiados y no impulsa mejorar la situación de las clases populares. "Creemos necesario un cambio de modelo", reclamó Antón Sánchez, que intervino en lugar del portavoz de su grupo, Luís Villares.

El socialista Xoaquín Fernández Leiceaga lamentó la "falta de ambición" del presupuesto, de inversión y de ayuda a "los que más lo necesitan", extremo que en el debate de las enmiendas su compañero Abel Losada resumió en que la "ideología" del PP es la que guía las cuentas.

Por su parte, Ana Pontón (BNG), también criticó que no atienden a "las mayorías" y reclamó mayor autonomía fiscal y una tarifa eléctrica gallega.