Abanca repetirá el reparto de dividendos entre sus socios que inició el año pasado y lo hará con una cantidad calcada. Los accionistas de la entidad financiera se embolsarán 315,4 millones de euros gracias al beneficio logrado durante 2016, la misma cifra del ejercicio anterior, según acordó el consejo de administración de la compañía celebrado ayer.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) recibió la comunicación por parte de Abanca ayer, al igual que la Sociedad de Ahorro Corporación Financiera, encargada de la contabilidad de la compañía. La operación se hará efectiva el próximo día 8, según informa Europa Press, y el valor del reparto alcanzará los 0,1409 euros por cada acción.

Se trata del mismo dato de dividendo que se repartieron los socios el año pasado, cuando en abril se tomó esa decisión por primera vez tras la compra en 2013 de la entonces Novagalicia por parte del grupo Banesco, liderado por Juan Carlos Escotet, que ganó la puja organizada por el Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB). El grupo de Escotet acordó pagar 1.003 millones.

Apenas un año después, Abanca ya ofreció beneficios, pero su consejo de administración decidió entonces elevar la solvencia de la entidad tras valorar un reparto de dividendos de 150 millones. El ejercicio 2015 volvió a ofrecer un saldo positivo en sus cifras, como ahora 2016. Entre ambos años, los accionistas, al frente de los cuales se encuentra el grupo de Escotet con el 86,79% de los títulos, se embolsaron 631 millones.

El plan de la entidad pasa por saldar en 2018 la deuda por la compra al FROB. El año pasado, el grupo de Escotet logró 300 millones de dividendos, justo la cantidad que pactó entregar al organismo estatal como nuevo plazo tras el desembolso inicial. Para este ejercicio está previsto añadir 100 y otros 200 en 2018.

La entidad se acerca a las cifras de beneficio con que cerró 2015, cuando selló su balance con 330 millones en positivo. Durante los nueve primeros meses del año pasado, último dato publicado, alcanzó los 267, por lo que apunta que mejorará ese dato cuando desvele su cierre de ejercicio.

El Estado aportó 8.532 millones a la antigüa NCG, surgida de la fusión de Caixanova y Caixa Galicia impulsada por la Xunta en contra de la voluntad de la primera. Por su parte, el Fondo de Garantía de Depósitos de las Entidades de Crédito añadió casi 627 hasta sumar 9.159, el cuarto rescate más elevado de una entidad en España, según el balance del Tribunal de Cuentas.