El nuevo calendario del AVE gallego ha sido recibido de manera muy diferente según se trate de la oposición o la Xunta. La fecha de que el tren de alta velocidad entrará en funcionamiento a finales del año 2019 es para los grupos minoritarios del Parlamento un "engaño flagrante" y un "plazo irreal", dado que el último tramo, los 17 kilómetros que enlazarán Taboadela con Ourense, no se terminará hasta el año 2021 o 2022. Por tanto, hasta esa fecha no se concluirá la línea del AVE. Sin embargo, la Xunta acepta como buena 2019 porque considera que el retraso se debe a la situación de bloqueo que vivió la política española el pasado año, lo que obligó a repetir las elecciones generales, pero promete estar "vigilante" para velar por el cumplimiento de los nuevos plazos y que no se produzcan más demoras.

El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, agradeció ayer al ministro de Fomento que el retraso en el AVE no fuera "más allá" después un año con la política nacional atascada que impidió la formación de gobierno y la resolución de problemas surgidos en las grandes obras de infraestructuras. Sin embargo, el número dos del Ejecutivo gallego prometió estar "vigilante en todo momento" sobre la construcción de la línea de alta velocidad.

"Esperamos que no se produzcan más demoras y que en la fecha dada el AVE sea una realidad", declaró Alfonso Rueda antes de participar en Vigo en una reunión de seguimiento de las obras de la nueva Ciudad de la Justicia.

La oposición hace otra lectura bien distinta. En Marea censura el "servilismo" de la Xunta y su presidente para aceptar los plazos impuestos por Fomento. "Es la crónica de una rendición anunciada y una maniobra cosmética para un nuevo aplazamiento", censuró el portavoz parlamentario de En Marea, Luís Villares. Y más allá de las críticas a la sumisión del Gobierno gallego, Villares considera que se trata de una "engaño flagrante" decir que el AVE estará en funcionamiento a finales de 2019. "No es verdad, será en 2022", añadió, en referencia a que hasta esta fecha no se concluirá el tramo entre Taboadela y Ourense.

Este es el mismo argumento empleado por el PSOE, por lo que considera "irreal" el calendario acordado entre el ministro de Fomento y el presidente de la Xunta. "Como mínimo la conclusión del AVE no será hasta 2022", reprochó la viceportavoz del PSdeG, Patricia Vilán.

Para la diputada socialista, resulta un "escándalo" y una "tomadura de pelo" que la Xunta asuma sin protestar el nuevo aplazamiento.

La líder del BNG, Ana Pontón, cree que Feijóo debería pedir perdón a los gallegos "por sus mentiras de los últimos años" en relación al tren de alta velocidad y las promesas de que si ganaba el PP el AVE estaría garantizado en plazo. Tirando de retranca y ante los continuos aplazamientos, la portavoz del Bloque aseguró que este paso "veremos cómo los humanos llegan antes a Marte que a tener AVE en Galicia".

Y una tercera visión distinta es la del Gobierno vasco. Su portavoz, Josu Erkoreka, aseguró ayer que las obras del AVE gallego avanzan más rápido y se terminarán antes que las de Euskadi por la "preferencia personal" de Mariano Rajoy, dado que es gallego. Sin embargo, Fomento desbloqueó en diciembre el nudo de Bergara de la Y ferroviaria vasca y aceptó soterrar las vías en Bilbao y Vitoria porque el PP necesita el apoyo del PNV en el Congreso para aprobar los presupuestos.