Otro año prácticamente en blanco para el sector eólico. La potencia para aprovechar el viento como fuente de energía aumentó en 38 megavatios (MW), de los que el 84%, según la patronal de la actividad en España, corresponden a parques de Castilla y León "que ya estaban inscritos en el antiguo Registro de Preasignación y no han sido instalados antes por problemas ajenos a los promotores". El resto son los primeros megavatios del cupo canario (4,6 MW), que tiene su propio objetivo de potencia por el carácter insular del sistema; y 2,1 en Galicia. No se trata de un parque nuevo. Es la reforma de Cabo Vilano, uno de los complejos de aerogeneradores más antiguos de la comunidad, en el que Gas Natural Fenosa cambió los 22 molinos que tenía por únicamente dos.

Con la repotenciación del parque ubicado en el concello coruñés de Camariñas, Galicia pasa a acumular un total de 3.330 MW de eólica en funcionamiento. Son 161 parques que suponen el 14,48% del total de la potencia instalada en España con esta tecnología. Lejos del liderazgo que llegó a ocupar después de que la región se convirtiera en pionera en el sector. Castilla y León ocupa el primer lugar, con 5.593 MW, seguida de Castilla-La Mancha (3.807) y Andalucía (3.338). En todo el país se acumulan 23.026 MW repartidos en 1.080 parques.

"Es decir, que continúa la parálisis en la que se encuentra sumido el mercado desde que entró en vigor la reforma energética", señala la Asociación Empresarial Eólica (AEE). En los últimos tres años solo se pusieron en marcha 65 MW, mientras que en los tres ejercicios anteriores la nueva potencia sumó 2.334. "Esto ha obligado a los fabricantes de aerogeneradores y componentes presentes en España a exportar prácticamente el 100% de lo manufacturado en el país en los tres últimos años -sostiene la patronal del viento-, lo que complica su permanencia en el país". Los promotores recuerdan que la planificación energética que va hasta 2020 refleja la necesidad de incorporar 8.500 MW de renovables para alcanzar los objetivos europeos de consumo con tecnologías limpias, de los que el 75% (6.400 MW) deberían ser eólicos.

La bolsa de megavatios pendientes de construir en Galicia ronda los 2.300. Hay algo más de 1.900 ligados al concurso de 2010. Inicialmente eran 2.300, pero Gas Natural Fenosa, principal adjudicataria, renunció al 41% de lo recibido por la inviabilidad de los proyectos. Otros 400 se remontan incluso a planes desarrollados en la etapa de Manuel Fraga en la presidencia del Gobierno. Los únicos movimientos a corto plazo que se podrían dar en el mercado eólico gallego sería la construcción aquí de parte de los 93 MW que EDP ganó en la subasta de retribución específica -el pago excepcional que relevó al finiquitado sistema de primas- celebrada por el Gobierno el pasado año. En el primer trimestre del actual 2017 está prevista una nueva puja con 3.000 MW, aunque esta vez sin cuotas por tecnologías. Todas competirán con todas en un concurso en el que gana aquellas empresas que estén dispuestas a recibir una remuneración menor. Lo que provocó que en la subasta de 2016 el precio final fuera 0.