La investigación basada en la tesis doctoral de Pilar Magdalena, profesora de Bioestadística de la Escuela de Enfermería de Povisa, describía el perfil de consumidor de cocaína en España como un varón joven, que normalmente vive solo, y con bajo nivel de formación o sin empleo. Y a esta conclusión llegaban con un exhaustivo sistema de cálculo matemático. El estudio sobre el consumo de cocaína en España, que firman Pilar Magdalena, y los profesores Manuel Antelo y Juan C. Reboredo, de la Universidade de Santiago, es el elegido en el premio que concede la Cátedra sobre Gestión Sanitaria y Economía de la Salud de la Autónopma de Madrid y la aseguradora Asisa.

El jurado le otorga el VII Premio UAM-Asisa por ser "el mejor trabajo publicado en 2015 en revistas especializadas nacionales e internacionales". En la investigación, fruto de la tesis doctoral de Magdalena y el trabajo de profesores de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la USC, los autores utilizan "una metodología de partición recursiva en forma de árboles de decisión y modelos de regresión logística multinomial" para entender por qué España está a la cabeza mundial en consumo de cocaína entre adultos. Explican de qué manera las características socioeconómicas de un adulto residente en España influyen en la prevalencia de ser consumidor de la sustancia, según explica la USC.

"Para ello se utilizaron datos de aproximadamente 44.000 individuos con edades comprendidas entre 18 y 65 años, incluidos en las Encuestas Domiciliarias sobre Alcohol y Drogas en España y que ejecutó la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas desde 2007 a 2012.

Los resultados demostraron que el 3,3% de los residentes con edades entre 18 y 65 años consume cocaína (sea de manera ocasional, regular o habitual) y en distintas formas, polvo o base, lo que supone un "problema de primera magnitud en términos sanitarios, económicos y sociales", advierten los investigadores, que confirman diferencias significativas entre sexos, con una prevalencia de ser consumidor del 5,2% en caso de hombres y del 1,5% en mujeres.

Los investigadores también habían explicado que la prevalencia de ser consumidor de cocaína disminuye con el nivel de formación, lo que no sucede con el nivel de ingresos en el hogar. "Hasta 1.900 euros, la prevalencia de ser consumidor de cocaína aumenta con los ingresos; a partir de ese límite, disminuye".

El árbol de decisión realiza una clasificación en grupos de individuos, explica la USC. "De los hombres menores de 36 años que viven solos, trabajan y poseen estudios universitarios, el 10,6% son consumidores (el 18% si no tienen estudios); de los que no viven en pareja, están desempleados y tienen un bajo nivel de educación (o, siendo superior, bajos ingresos), el 12,2%; y de los hombres de mediana edad que no viven en pareja, con ingresos medios e inactivos, la prevalencia es del 18,4%".