El pleno del Congreso convalidó ayer el real decreto-ley que deja sin efectos académicos temporalmente las evaluaciones finales de ESO y Bachillerato con el apoyo de PP, PSOE, Ciudadanos y otros, la abstención de Unidos Podemos y el voto en contra de las minorías de nacionalistas e independentistas. La Cámara Baja también aprobó la creación de la Subcomisión que buscará un Pacto de Estado para una Ley Básica de Educación.

"El Gobierno quiere llegar a un pacto y lograr una ley educativa duradera, que no confronte y garantice la igualdad de oportunidades", aseguró el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo.

Con el decreto aprobado ayer, las evaluaciones finales de cuarto de la ESO y segundo de Bachillerato serán diferentes a como se dibujaban en la Lomce. Lo más importante es que no será necesario aprobarlas para conseguir un título. La segunda de Bachillerato sí es requisito hacerla para optar a entrar en la Universidad. La de ESO será muestral, es decir, ni siquiera la harán todos los alumonos y servirá a las autoridades educativas para evaluar el estado de la educación en España. El Gobierno debe aprobar ahora normas de rango inferior como una orden ministerial para desarrollar y precisar las características, diseño y contenido de dichas evaluaciones.