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Juegos electrónicos y de azar

Los videojuegos, otra posible puerta a la adicción en menores

Varones adolescentes que consumen alcohol y están enganchados a internet son los más apostadores, según un estudio

Un niño con un juego. // Miki López

Un total de 750.000 ciudadanos de todo el país sufren adicción patológica a los juegos electrónicos o de azar. Lo dice la Asociación Gallega de Ludópatas Rehabilitados, que advierte además que un 4,4% de los españoles está en riesgo de caer en esa condición. Lo que es preocupante en la población en general empieza a serlo asimismo entre los menores de edad, al menos en Galicia, donde la batalla se libra también en internet. Hasta el punto de que la Consellería de Sanidade considera que debe combatir por ley las adicciones que surgen vinculadas al uso de nuevas tecnologías, como las apuestas de menores en la web. Pero a los expertos no solo les inquietan esos 6.000 adolescentes gallegos que, según estimaciones de la Universidade de Santiago, se juegan dinero en la red, sino que además han puesto en su punto de mira aquellos videojuegos que, pese a ser de entrada gratuitos, en algún punto de su desarrollo pueden solicitar o requerir desembolsos para acortar tiempos para alcanzar ciertos logros o para permitir acceder a características especiales.

Son los juegos que seguirían la dinámica llamada "free to play, pay to win" ("gratis para jugar, pagar para ganar"), explica el psicólogo y especialista Antonio Rial Boubeta, coordinador de los estudios sobre el comportamiento de los adolescentes en internet en Galicia. Esos informes permitieron detectar que prácticas problemáticas en el mundo virtual como las apuestas, el sexting o el quedar con desconocidos no son casos aislados. De hecho, los menores que utilizan "habitualmente" juegos on line, según sus estudios, serían el 36%.

"No se trata solo de las apuestas deportivas on line o del póker, de juegos de azar on line, hay juegos que aparentemente son inofensivos", afirma, pero en los que también "hay dinero", y además el último estudio en el que está trabajando su departamento, la Unidade de Psicoloxía do Consumidor e Usuario de la Universidade de Santiago, apunta a que son "populares" y de conocimiento generalizado entre los menores. "El tema de la ludopatía, de adicción a los juegos on line, no viene solo dado por las apuestas. También se mueve dinero y también enganchan mucho los juegos on line", avisa. Rial Boubeta admite que no hay datos "fiables y específicos" y que no se sabe cuántos menores ponen dinero, pero augura ya, aunque la investigación no está acabada, una "elevada prevalencia" que "puede tener consecuencias muy graves, en términos económicos y en comportamentales, en términos adictivos". "Porque precisamente es la puerta de entrada a una clara ludopatía que después genera dependencia", advierte.

Los estudios que coordinó este profesor sobre juventud e internet apuntan a que el 6% de los adolescentes se juega dinero en webs de apuestas, pero la cifra puede estar "infraestimada", afirma Rial Boubeta. Los datos recabados en la macroencuesta que realizaron entre escolares gallegos permiten afinar el perfil de los apostadores. Se trataría de varones (el 11,8% de los chicos realiza apuestas en la red frente al 1,5% de las chicas) y el mayor porcentaje se alcanza en los 17-18 años, con un 11%. No obstante, este psicólogo advierte de que en los 12-14 años hay un 4,3% y en los 15-16, un 7,9%, es decir, se produce un aumento progresivo que requiere actuar "cuanto antes". Asimismo, sus pesquisas indican que si los chicos tienen problemas con el alcohol, "la probabilidad de que estén metidos en apuestas on line es tres veces mayor". Lo mismo ocurriría con los más impulsivos.

Rial Boubeta explica que tanto a los juegos on line como a internet o al botellón se le puede aplicar el modelo "ECO" (expectativas, coste y oportunidad). En esas áreas el comportamiento de los jóvenes se ve favorecido por expectativas elevadas, un coste "mínimo" y "oportunidades por todos los lados". Por ello opina que, más que incidir en la cabeza de los chicos, hay que actuar en la base, la sociedad, con prevención ambiental. Hay que "hacer que el coste-beneficio sea negativo, que no compense, trabajar las expectativas y minimizar las oportunidades", afirma. Sostiene que las leyes pueden incidir, por ejemplo, en regular la publicidad o el acceso a ciertos contenidos en internet. En esa línea desaprueba, por considerarla "absolutamente desacertada", la decisión de la Xunta de permitir el próximo año a bares y locales ampliar su oferta a apuestas de todo tipo, más allá de las deportivas. A su juicio, todas las iniciativas deberían estar "alineadas" en la prevención.

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