A la sangría demográfica que sufre Galicia por su baja natalidad se ha sumado en los últimos cuatro años una pérdida de población directamente relacionada con la crisis económica: se incrementó la emigración de gallegos en busca de mejores oportunidades laborales y, al mismo tiempo, se desplomó la llegada de foráneos. Sin embargo, en la primera mitad de este año la comunidad gallega logra un balance migratorio positivo, es decir empieza a recibir más gente de fuera de la que se marcha, por primera vez desde 2012. Aún así, el saldo todavía es pequeño, únicamente supone una aporte de 535 nuevos habitantes, y no logra compensar el desequilibrio entre nacimientos y defunciones, que en el primer semestre del año fue de -6.994.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre enero y julio emigraron a otras autonomías o al extranjero un total de 10.796 personas. Pero llegaron 11.277. De esta manera Galicia ganó 535 residentes, cuando en el mismo periodo del año anterior había perdido 1.235.

Este saldo positivo se explica porque se ha frenado la emigración hacia otros países y empieza a recuperarse la inmigración. Así, el saldo migratorio extranjero es positivo, de 1.456 personas, el séptimo mejor balance de toda España, solo superada por Canarias (8.600), Andalucía (7.832), Baleares (4.292), Comunidad Valenciana (2.353), Cataluña (1.687) y País Vasco (1.566).

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Por el contrario, en el saldo migratorio entre comunidades, Galicia sigue presentando números rojos, lo cual quiere decir que se han ido a otras autonomías 921 residentes más de los que han llegado a Galicia. En todo caso, este balance negativo se reduce con respecto al primer semestre de 2015 cuando se elevaba a 1.340 personas y además se ve compensado por los flujos con el extranjero que permiten ganar 1.456 habitantes.

De las 10.976 personas que emigraron desde Galicia en la primera mitad del año, 6.614 lo hicieron a otras comunidades y 4.182 al extranjero. Y entre los que se fueron a otros países hubo 2.710 de nacionalidad española y el resto 1.372 son inmigrantes que regresan a sus lugares de origen o se instalan en otros países.

Casi la mitad de los residentes en Galicia que abandonan la comunidad para irse al extranjero son personas jóvenes en edad laboral -1.788 de estos emigrantes tienen entre 25 y 39 años-, lo que apunta a que su principal motivación es buscar trabajo fuera. La mayoría de ellos, un total de 1.896, eligen Europa, seguido de Sudamérica (867).

Desde 2009 han sido más de 70.664 las personas asentadas en Galicia que hicieron las maletas y se fueron al extranjero. Solo en 2015 fueron 10.140 y en el primer semestre de este año 4.182.

En cuanto a la emigración hacia otras comunidades, de las 6.614personas residentes en Galicia que se fueron a otras partes del territorio español en la primera mitad del año, la mayoría, 1.623, optaron por Madrid, 833 se marcharon a Cataluña y 763 a Canarias.

En cuanto a los que llegaron para instalarse en Galicia, hubo 5.693 que llegaron de otras comunidades, una parte de ellos son gallegos que retornan a sus casas tras trabajar fuera durante un tiempo.

Del extranjero proceden 5.638, pero no todos son inmigrantes, puesto que el 35 por ciento (1.999) tienen nacionalidad española, es decir, son mayoritariamente gallegos que vuelven a casa y muchos de ellos (el 23 por ciento) jubilados de más de 65 años.

El 45 por ciento de los inmigrantes que llegan a Galicia vienen de Sudamérica (2.523), mientras que de la Unión Europea proceden 1.473.

El saldo migratorio no es igual en toda Galicia. De hecho en Pontevedra es negativo (-46) y también en Ourense (-353). Mientras, A Coruña suma 707 habitantes y Lugo, 226.