"Tengo información, a lo mejor sesgada, de que la documentación sobre la no auditoría de KPMG está incompleta", lanzó Abel Losada, del PSdeG. Antón Sánchez recogió el guante. "El índice señala que la página 4 es la carta de encargo. Y no aparece", confirmó el diputado de En Marea. No hubo respuesta.

Los dos diputados se referían a la famosa "due diligence", en palabras de la entonces conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, por la que la Xunta pagó un millón de euros para supuestamente avalar que la integración de Caixanova y Caixa Galicia era viable. Lo cierto, como luego demostró FARO con la publicación en exclusiva del contenido del informe antes de la apertura de la comisión, es que se trataba de un "diagnóstico acelerado" sobre la operación, que, como también confirmaron los autores, ni buscaba los pros y los contras de la fusión ni analizaba alternativas posibles. Que pedía que fuera Caixanova la que absorbiera Caixa Galicia por su peor situación. Y que era necesaria la emisión de otros 300 millones de euros en preferentes para garantizar la devolución de las ayudas al FROB. Ninguno de los responsables de la Xunta que pasó por la comisión explicó con claridad cuál fue el motivo real del contrato y lo que reflejaba esa carta de encargo.