El retraso del AVE gallego acaparó esta mañana el protagonismo en la sesión de control parlamentaria, en la que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, advirtió de las consecuencias que supondría para la obra, cuya conclusión en 2018 ha puesto en duda el Ministerio de Fomento, el bloqueo de los presupuestos estatales, para cuya aprobación necesita apoyos el Gobierno central de Mariano Rajoy.

"Durante un año de bloqueo en España nadie pudo firmar un contrato porque la ley lo prohíbe. ¿Van a bloquear el presupuesto de 2017? Si lo bloquean, ¿cómo vamos a hacer el AVE?", preguntó Feijóo a la portavoz del BNG, Ana Pontón. Paradójicamente, el Bloque perdió en las dos últimas generales su presencia en las Cortes.

El período en funciones del Ejecutivo popular desde las elecciones generales de diciembre de 2015, que tuvieron que repetirse en junio pasado, fue señalado como explicación del probable retraso de la obra más allá de 2018, la última fecha comprometida para el enlace mediante alta velocidad entre Galicia y Madrid. "Tiene que estar en 2018", sostuvo Feijóo, si bien matizó que Fomento deberá explicar en enero "qué problemas concretos" tiene la obra y, por tanto, ofrecer una fecha de entrada en servicio.

Sus palabras se produjeron durante un cara a cara con Pontón a propósito de la Autopista del Atlántico (AP-9), después de que ayer el PP votase de nuevo en el Parlamento gallego a favor de la transferencia, mientras en el Congreso se oponía a la tramitación de la ley para hacerla efectiva. "Es irrenunciable", aseguró Feijóo sobre la cesión, que diferenció del rescate y levantamiento de peajes. Además, cifró en 186 millones de euros el ahorro hasta 2048 por dejar de abonar Galicia parte del peaje en sombra en una vía estatal.

Cronología de los sucesivos retrasos en la obra del AVE a Galicia

Pontón, sin embargo, le afeó la doble actitud del PP y anunció que el BNG solicitará la "reprobación" de la presidenta del Congreso, la exministra de Fomento y diputada por Pontevedra Ana Pastor, por firmar el veto de la Mesa de la Cámara a debatir la ley gallega de cesión de la AP-9 y la presentará un recurso de constitucionalidad por esa decisión.

Por su parte, Luís Villares (En Marea) también incidió en criticar las "falsas promesas" de Feijóo en relación no solo a las infraestructuras, sino también a los proyectos prometidos de Pemex, reducidos a dos floteles, la entrada en el accionariado de Barreras y la participación en el diseño de buques de empresas gallegas. "Al militante de Galicia se le escapan las empresas", le reprochó el portavoz rupturista, en alusión a que Pemex tampoco ha levantado una base logística en el puerto exterior de A Coruña.

Feijóo vinculó la reducción de pedidos de Pemex con el descenso del precio del crudo que generó pérdidas en los últimos años en la empresa mexicana de más de 40.000 millones de dólares y pidió centrar la atención en el retraso del flotel encargado a Navantia.

El enfrentamiento de Feijóo con En Marea y BNG contrastó con el acercamiento y el tono conciliador que mostraron el primero y el portavoz parlamentario socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga. Este reclamó conocer la postura de Galicia ante la inminente negociación del sistema de financiación autonómica. El jefe del Ejecutivo reiteró que pedirá que "suba el peso de la sanidad".