Hace una semana en Santiago y ante el presidente de la Xunta, el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, eludía poner fecha a la conclusión de las obras del AVE, pero ya apuntaba a un retraso en la llegada de la alta velocidad a Galicia, al evitar comprometerse con la fecha dada hasta ahora, 2018, y poner el acento en la complejidad en cinco tramos. Siete días después, el titular de la cartera de Obras Públicas cifra ya la demora en 3 o 4 años sobre la fecha inicial. Asegura que la conexión en alta velocidad con Madrid se demoraría hasta "2021 o 2022" , si se mantiene el proyecto de construir la variante de Ourense, un tramo nuevo de 17 kilómetros y doble vía para la llegada del tren a la ciudad de las Burgas.

De la Serna plantea que no se acometa esta variante, sino que se reforme el trazado convencional actual que no permite velocidades superiores a los 100 km/hora. Así las obras se prolongarían por menos tiempo. En una entrevista en TVE, justificó ayer además el cambio de planes por el elevado coste de la variante de Ourense en relación a su beneficio. "Hay que reflexionar si por cuatro minutos de tiempo de (ahorro de) viaje merece la pena destinar 600 millones de euros o si es mejor emplear esta inversión en otro fin", abundó el ministro de Fomento, quien plantea como alternativa: "Arreglar y hacer una inversión en la línea (actual) que puede generar alta velocidad".

"El debate se ha centrado mucho en cuánto dinero se va a invertir y menos en términos de tiempos de viaje", apuntó De la Serna, quien volvió a insistir que las obras del AVE a Galicia son "muy complejas", con tramos que "estaban en una situación muy comprometida, con muchos tramos en túnel y viaducto que están generando problemas". La semana pasada aludió a cinco tramos, en Ourense y Zamora que suman 18,5 kilómetros y cuyas dificultades técnicas ya dejaban en el aire el plazo inicial de 2018 para inaugurar la alta velocidad a Madrid. A mayores están los 17 kilómetros de la llegada del AVE a la ciudad de las Burgas.

El ministro de Fomento abordó el caso del AVE gallego, cuando anunciaba una "cierta limitación" en el presupuesto de su departamento para el año que viene por la exigencia europea del déficit. "Trataré de ser lo más eficiente posible con el dinero que cuente", afirmó y añadió que en su búsqueda de recursos quiere "buscar acuerdos con las comunidades para compartir inversiones" y apostará por fórmulas de colaboración público-privada.

El tramo de Taboadela hasta Ourense es uno de los tramos de la línea gallega de alta velocidad que acumula más retraso, pues ni siquiera está licitado. Esta variante exterior proyectaba más kilómetros de recorrido que el trazado actual, pero radios de curva amplios que habrían de permitir velocidades de AVE. La línea actual inagurada hace más de medio siglo es de una sola vía, pero está pensada para doble vía, incluido su paso por túneles y el viaducto del Miño. En todo caso, buena parte del nuevo AVE ya es de una sola vía. Eso sí, como mínimo habría que electrificar la línea actual.