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La evolución del sector del ladrillo

La pérdida de población joven lastra la reactivación del mercado inmobiliario gallego

Galicia es la región con menor venta de viviendas por habitantes y agranda la diferencia con el resto del país -Los promotores, sin "demanda estable"

Más allá de las repercusiones sociales obvias, los economistas coinciden en señalar el "invierno demográfico" como el principal problema que hoy padece la economía gallega. El mayor reto de futuro. La pérdida de habitantes y el envejecimiento de la población restan en casi todo lo imaginable para evitar que la comunidad se achique. En la disponibilidad de mano de obra, sin garantías para el relevo generacional y las cotizaciones sociales que cubren las cada vez más numerosas pensiones; y en el consumo, que es un motor fundamental de la riqueza en un territorio: comprar lo que las empresas producen para que puedan seguir en activo, crear empleo y que unos y otros paguen los impuestos que financian los servicios públicos. Las consecuencias generales se ven con claridad en ejemplos tan concretos como lo que está sucediendo ya en el mercado inmobiliario. La recuperación del sector cojea en la región por varias razones, algunas de carácter temporal y otras que amenazan con convertirse en un lastre a largo plazo. Especialmente esa caída de la población en las edades de emancipación, cuando se accede por primera vez a una vivienda propia. Galicia, que desde 2002 perdió de media cada día 40 residentes entre 20 y 34 años -un total de 204.045 jóvenes, el 33%-, es la comunidad con menos ventas de inmuebles en función de su tamaño.

En el tercer trimestre del año, en Galicia se vendieron 1,2 viviendas por cada 1.000 habitantes. Prácticamente la mitad que en el conjunto del Estado, con 2,22 operaciones. Durante el pasado 2015 al completo, la proporción en la comunidad alcanzó 4,59 pisos por cada 1.000 habitantes, un 40% por debajo de los 7,65 registrados en el país. Esa diferencia va agrandándose cada vez más. En 2012 era del 20%, cuando en Galicia las adquisiciones alcanzaron las 5,42 y las 7,03 en toda España.

El mapa de los territorios con menos ventas por habitantes encaja como un guante con aquellas zonas más envejecidas del país. Junto a Galicia, en los últimos puestos están Extremadura, Asturias, Castilla-La Mancha y Castilla y León. La otra cara de la moneda son las autonomías que todavía ganan habitantes o son destino de referencia para el turismo: Valencia -donde en 2015 se vendieron 10,4 viviendas por cada 1.000 residentes-, Baleares (9,53) y canarias (8,8).

La menguante población gallega "sí, es un grave problema", asegura Javier Garrido Valenzuela, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la provincia de Pontevedra (Aproin). "Independiente de que existe todavía una parte de demanda no satisfecha, hay otra parte que ya no existe con la gente que se marcha fuera y la caída de la población", explica. Con todo lo que eso supone para dar salida a lo construido y animar nuevos proyectos. El máximo responsable de los promotores pontevedreses lo resume con contundencia: "La emancipación es la clave de una demanda estable en el sector". Sin jóvenes, el ladrillo se queda sin el principal cliente, con la esperanza, como señala Garrido, de que la recuperación económica alivie esta situación y "los que se van compren para volver o por esa idea de tener algo aquí".

Las consecuencias de esa lenta reactivación del mercado de la vivienda en Galicia se ven en cada actualización de las estadísticas oficiales. Entre enero y septiembre, según los datos de los registradores y del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la comunidad se vendieron unos 10.400 pisos. Es la mejor cifra de los últimos cuatro años. El incremento respecto al mismo periodo del pasado 2015 alcanza el 11%. El mismo que Navarra y por encima de Castilla y León (9,3%) y La Rioja (4%). La media estatal es del 14,6%. Hay que tener en cuenta, además, que en 2015 las ventas en Galicia aumentaron un 4%, mientras que en el conjunto del país fue casi el triple, el 11,2%.

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Los precios acumulan una subida del 2,7% este año en la región

  • El mercado inmobiliario gallego no da, según los promotores, para hacer mucha magia con los precios. Primero, porque en la comunidad no existió el stock de vivienda vacía nueva que sí se acumuló en otras zonas más afectadas por la burbuja del ladrillo. Segundo, porque la evolución de las ventas no pisa el acelerador por cuestiones como la demanda atenuada por la pérdida de población y el atasco urbanístico que se vive en las dos principales ciudades de Galicia, Vigo y A Coruña, algo que Javier Garrido Valenzuela espera que se vaya solucionando. De ahí que la vivienda acumule en la comunidad un encarecimiento este año del 2,7% -un 5,1% en el caso de los pisos nuevos y un 2% en los de segunda mano, los que suman más operaciones-, mientras que en el conjunto del Estado vaya ya por un 4,1%, según los datos publicados ayer por el INE hasta el tercer trimestre. El alza en 2015 en Galicia fue del 1,7% y la media nacional se situó en el 4,2%.

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