Las cuentas gallegas del año que viene están diseñadas "para trasladar a la sociedad los primeros beneficios de la recuperación económica". De esa manera presentó ayer los principales datos económicos del presupuesto el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que anunció la ampliación de los beneficios fiscales aprobados este curso, en que se celebraron elecciones autonómicas, y una atención prioritaria al gasto social. El Ejecutivo agotará los 9.063 millones del techo de gasto y elevará las partidas sociales en 229 millones, si bien el aumento este ejercicio fue de 282. De los fondos extra se destinarán 100 millones a sanidad, más de 64 a educación -se contratarán 200 profesores en secundaria-, 25 a otro tipo de políticas asistenciales más concretas y 32 a promoción de empleo, entre otras.

En el que será el octavo proyecto presupuestario que elabora con su equipo, Feijóo fue fiel a su costumbre de sintetizar en un lema el leit motiv de su acción de gobierno; el elegido en esta ocasión fue "crecimiento sano". El dirigente defendió las ventajas de haberse ajustado el cinturón y ser alumno aventajado en el cumplimiento del déficit durante los años más duros de la crisis, que provocaron que la Xunta pasase de manejar un presupuesto que rondaba los 11.000 millones de euros a estar por debajo de los 9.000. Por primera vez desde 2011, el Ejecutivo rebasará esa barrera psicológica con un gasto de 9.045 millones a los que se suman otros 18 de fondos europeos. En total, los 9.063 de techo de gasto: una subida de 259 respecto al actual ejercicio presupuestario (+2,9%).

"Durante la recesión muchos no entendieron el porqué de nuestro compromiso. Se nos invitaba a gastar más", recordó Feijóo sobre las exigencias de la oposición para frenar los recortes -"medidas complicadas", las denominó- y elevar la deuda. Para el presidente, aquella forma de actuar habría supuesto una losa para el crecimiento, engordar la mochila de endeudamiento hasta convertirla en lastre. "Somos dueños de nuestras competencias", alegó tras comprometerse a cerrar 2017 con el 0,5% de déficit, estudiando la opción de endeudarse una décima más tras elevarse el tope en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del jueves, lo que daría un extra de 60 millones a Galicia.

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Las previsiones macroeconómicas se mantienen: un crecimiento del 2,4%, por un 3,1% de este año, debido a la incertidumbre del Brexit o la evolución económica de Estados Unidos y China y un paro en el 15,6% con la creación de 19.000 puestos.

La deuda pública copó un papel destacado en la presentación de las cuentas que hoy se entregan al Parlamento. Feijóo tomó las riendas de la Xunta en 2009, año que se cerró con una deuda de 4.859 millones y que ahora asciende a 10.641, según datos del primer trimestre del Banco de España. Se trata del 19% de la riqueza autonómica, cinco puntos menos que la media. Su evolución ha sido inferior a la de otras comunidades y ni siquiera ha acudido a fondos estatales de financiación porque pudo obtenerla en el mercado, opción vedada para muchas autonomías. Según el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, la mesura en el recurso al crédito permitirá el año que viene reducir los intereses en 36 millones. En tres años se ahorrarán, cifró la Xunta, 120 millones.