"Las ayudas están pensadas más para cooperativas y comunidades de montes que para particulares", lamenta un recolector de la provincia de Ourense. De los más de 10.000 productores que se dedican a la recogida de castaña en Galicia, son pocos los que tienen soutos con una superficie de al menos media hectárea, extensión mínima requerida por la Consellería de Medio Rural para que un particular pueda optar a las ayudas para la plantación de castaños de fruto. Para el caso de sociedades forestales, el mínimo exigido alcanza la hectárea.

Al departamento que dirige Ángeles Vázquez llegaron en los últimos meses unas 400 solicitudes de subvenciones para nuevas plantaciones. Medio Rural prevé resolver el próximo mes las peticiones y publicar el listado de beneficiarios.

"Aparte de las comunidades de montes o contados particulares en la comunidad, la práctica totalidad son de menos de una hectárea", apunta un recolector, que advierte de que la mayoría de los productores que hay en la actualidad en Galicia plantaron hace años las parcelas de mayor superficie y la extensión media de los terrenos que podrían utilizar hoy para nuevos soutos apenas superan los 3.000 metros. "Como no te juntes con los vecinos que lindan con una propiedad tuya, llegar a esa hectárea para poder acceder a las subvenciones es difícil", reconoce, al tiempo que pone como ejemplo que de la decena de plantaciones con castaños que tiene en dos aldeas de la zona de Castrelo do Val, tan solo una supera la hectárea.