Educar antes que sancionar. Lo defiende la Valedora, los docentes, los técnicos en prevención y ahora los fiscales de menores. A pesar de que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado ya acuden "con regularidad" a los centros educativos a impartir charlas para "concienciar" a los adolescentes sobre el abuso de bebidas alcohólicas, desde la Fiscalía de Menores de A Coruña ven "necesario incrementar" esta formación.

También echan una mirada hacia los padres, cuya "falta de concienciación" incluyen entre los factores que inciden en las borracheras infantiles. Y finalmente les parece "llamativo" la cantidad de botellas de alcohol que los menores pueden comprar. Por ello en el debate sobre por qué hay niños ebrios en urgencias, la Fiscalía ve "necesario reflexionar sobre la capacidad económica que tienen los menores" para adquirir bebidas alcohólicas "en grandes cantidades en los establecimientos comerciales y luego llevar a cabo el botellón". Al tiempo defiende la existencia de locales de ocio "apropiados" para "su edad y circunstancias".

La Unidade de Psicoloxía do Consumidor e Usuario de la Universidade de Santiago ya corroboró en un estudio con escolares gallegos de 12 a 18 años que cuanto más tarde llegan a casa y más dinero llevan, más beben, entre tres y cuatro veces más. Por ello, el coordinador del informe, Antonio Rial Boubeta, insta a los padres a fijar límites. Los docentes también sostienen que si no lo que pueda hacerse en los centros es ir "a contracorriente". La Fiscalía añade que a veces el menor a veces bebe por temor a ser "excluido" del grupo.