El curso 2015-2016 se cerró con 851 expedientes disciplinarios a alumnos gallegos de todas las etapas, lo que supone un repunte de 186 respecto a los datos registrados el año anterior. La mayoría, unos 615, se han producido en la etapa de secundaria, aunque el sindicato ANPE ha advertido del progresivo aumento de expedientes abiertos en primaria (54), que se han duplicado desde el año anterior, y de la "conflictividad" que se registra en las aulas de FP Básica.

Por provincias, Pontevedra (389) y A Coruña (326) acumulan la inmensa mayoría de los conflictos con alumnos que han resultado en apertura de expediente disciplinario. El primer caso aglutina casi la mitad de los que se han abierto en toda Galicia en primaria, secundaria y FP básica. Agresiones entre alumnos y faltas de respeto al docente son las incidencias más frecuentes, "sobre todo en FP Básica", según señaló en rueda de prensa, Julio Díaz del ANPE.

El sindicalista ha advertido de las situaciones "gravísimas" que se registran en esa etapa, con expedientes abiertos a "tres de cada cien alumnos" y llegando a producirse "amenazas de muerte" a los profesores por parte de estudiantes que se dedican a "montar líos porque no quieren estar" en clase. A pesar de ello, las cifras de expedientes disciplinarios al alumnado afectan a un 0,28 por ciento del total de estudiantes, por lo que el sindicato reconoce el "privilegio" de impartir clase en Galicia en comparación con los conflictos que se producen en otras comunidades, como Madrid o Andalucía.

El constante incremento de expedientes en primaria ha llevado al sindicato a alertar sobre la constante pérdida de respeto a la imagen del profesorado como autoridad por parte del alumnado, llegándose a producir conflictos con pequeños de 8 a 10 años y hasta en Infantil, donde se amenaza al docente con expresiones como 'ya vendrá mi papá por aquí'. En este sentido, Díaz ha achacado parte de esta pérdida de respeto a las propias familias con iniciativas como la "huelga de deberes", que considera un "falso debate", y ha advertido que en la educación "hacen falta todos" y no solo los centros.

El sindicato ha trasladado que los jóvenes dedican una media de 990 horas al año a ver la TV y 960 a la escuela, además de dos horas diarias a videojuegos o Internet. Por ello, en gran parte de las ocasiones son "los propios padres" los que hacen los deberes de sus hijos.