Los obsequios a médicos por parte de laboratorios, las "elevadas" sumas de dinero que las farmacéuticas pagan por algunos trabajos de investigación y las invitaciones a congresos que son "actos de propaganda y no verdaderas actividades formativas" son prácticas que generan "conflictos de intereses" en los facultativos y van en detrimento de la sanidad pública y, por lo tanto, deben evitarse. Ésa es la recomendación que acaba de formular el Consello Galego de Bioética, un órgano independiente formado por veinte expertos cuya finalidad es asesorar a la Consellería de Sanidade.
Tres meses después de que las empresas farmacéuticas hicieran público el listado de pagos a médicos y sociedades científicas, este órgano asesor del Sergas acaba de publicar un informe sobre "Los conflictos de intereses en el ámbito de la salud" en el que constata la "inducción a la prescripción de medicamentos" por parte de determinados laboratorios a través de "regalos, invitaciones o actividades de formación". También advierte contra los obsequios que pueden hacer los pacientes, aunque esta práctica es más reducida.
Se trata del primer informe elaborado por el Consello Galego de Bioética después de que este órgano fuera reformado por la Consellería de Sanidade tras la dimisión en marzo del pasado año de la mitad de sus miembros debido a la negativa del Sergas a publicar uno de sus informes relativo al aumento de las desigualdades sanitarias. Se eligieron nuevos miembros y se vetó la presencia de cargos directivos de la Xunta en su seno para reforzar su independencia.
Tras estos cambios el Consello de Bioética elaboró su primer trabajo centrándose en "los conflictos de intereses" que sufren los médicos y con advertencias a la influencia de las industrias farmacéuticas. Así, alerta de que "sus intereses comerciales pueden influir en la formación de los profesionales, especialmente de los más jóvenes" a través de la financiación de libros, guías y otro material de apoyo, así como por la asistencia a cursos, reuniones y congresos. Los expertos en bioética reclaman que para evitar la "intrusión" de los laboratorios aprovechando las lagunas que hay en materia de formación, sea la propia Xunta y las universidades las que organicen estos cursos y congresos y lo hagan sin patrocinios de la industria. "Deben ser económicamente autosuficientes para garantir su independencia", proponen. De hecho, advierten que los congresos que organizan los laboratorios son "actos de propaganda farmacéutica y no verdaderas actividades formativas".
Pero también alertan de la influencia de los laboratorios sobre la investigación. El Consello de Bioética denuncia "las profundas conexiones de la industria con las instituciones sanitarias y los centros universitarios que puede inducir a la manipulación de datos científicos". A esto contribuye, según explican, que algunos laboratorios pagan a médicos "primas excesivamente altas" para que colaboren en trabajos de investigación y ensayos.
El informe constata además "el papel creciente de la industria en la financiación de asociaciones profesionales de médicos y sociedades científicas, lo que, en su opinión, cuestiona su independencia.
El órgano asesor del Sergas reclama que se impida a los facultativos atender al mismo paciente en la pública y la privada
- Aunque se permite a los médicos del Sergas compatibilizar su actividad en la pública con la privada, el Consello de Bioética reclama medidas para evitar que un profesional derive a pacientes a su consulta particular para hacerse determinadas pruebas o agilizar su atención con la excusa de que así evita listas de espera. "Las autorrecomendaciones son inadmisibles", alertan. Para ello propone que se prohíba que un facultativo pueda atender al mismo enfermo en la pública y la privada. Otras de las recomendaciones propuestas por los expertos son: Incentivos a médicos. Los expertos en bioética defienden que los incentivos económicos de la Consellería de Sanidade a los médicos para mejorar objetivos son "un tema controvertido". En su opinión, es "de justicia" reconocer "el esfuerzo y la excelencia" de los profesionales, aunque advierten que, en lugar de un plus salarial, el incentivo debería ser en especie (dotación de material, asistencia a actividades formativas o reconocimientos públicos). Y además instan a "evitar la perversión" de los pluses salariales que buscan conseguir un ahorro a la administración sin acompañarlo de "una mejor práctica profesional y un beneficio para el paciente". Ahora mismo el Sergas paga a los médicos un complemento de productividad que se basa en buena medida en la contención del gasto farmacéutico. Presión de pacientes. La presión a los médicos no solo proviene de las farmacéuticas. El Consello de Bioética advierte de la "presión desproporcionada" ejercida por algunas asociaciones de pacientes para que se prescriban "tratamientos extremadamente caros", aunque "no suficientemente probados". Los expertos en bioética creen que sus intereses pueden ser "legítimos" pero insta a estas asociaciones de pacientes a reconocer si mantienen algún conflicto de intereses con farmacéuticas, es decir si pueden estar apoyados o influidos por estos laboratorios. Enfermedades raras. En ocasiones el conflicto de intereses no está motivado por el posible beneficio económico del médico sino por sus aspiraciones profesionales. Y así, el Consello de Bioética explica, por ejemplo, que puede haber facultativos que den un trato preferente a personas con "enfermedades raras o interesantes" susceptibles de ser presentadas en congresos o ser publicadas o bien se seleccionen a algunos enfermos solo para perfeccionar técnicas quirúrgicas. Peonadas. Advierte que la estrategia de ampliar la actividad quirúrgica a la tarde y pagar a los médicos por ello para agilizar listas de espera conlleva también el riesgo de que se desvíen intervenciones a propósito para cobrar más. Sanidade ya limitó esta práctica al mínimo.
