Al renovado ministro de Educación le aguardan varias tareas, desde el pacto educativo, tema de la agenda de Rajoy en la investidura, hasta avanzar en la mejora del abandono escolar: el ministerio debe caminar hacia el 15% que propone para 2020 la Unión Europea y en estos momentos se sitúa en el 19,4% en España (Galicia está mucho más cerca del reto europeo, con mejores datos que la media española).

Otro asunto enquistado desde hace años es la regulación de los derechos, las obligaciones y la carrera profesional del profesorado no universitario. Los docentes también reclaman insistentemente la reversión de las medidas sobre horarios lectivos, ratios de alumnado y cobertura de bajas por enfermedad del decreto ley de 2012 para la racionalización del gasto público en Educación. Desarrollar el Plan Estratégico de Convivencia Escolar, anunciado en enero pasado, o aumentar la dotación de becas y ayudas generales y recuperar otros programas suprimidos durante los años de la crisis, así como reforzar el plan de lenguas extranjeras, son otros de los "deberes".