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El 'uniforme' no es del Parlamento

El recién elegido presidente de la Cámara gallega elude intervenir sobre la vestimenta de los diputados tras reclamarles "decoro"

Miguel Santalices // Xoán Alvarez

En camiseta, en vaqueros, con deportivas, con botas de corte militar, con traje y corbata, con traje y sin corbata o con vestidos especialmente elegidos para la ocasión. Así tomaron posesión de sus cargos los 75 diputados del Parlamento de Galicia el pasado viernes, y al presidente, Miguel Santalices, la estampa de algunos no le gustó demasiado, pues el domingo en una entrevista en la Cadena Ser sugirió que "dejaba mucho que desear" y abogó por "una labor preventiva" y "reconducir la situación". Un día después, y tras el malestar y polémica que sus declaraciones han suscitado entre algunos parlamentarios, Santalices aseguraba que en la anterior legislatura ya "no" hizo "ningún reparo" a ningún compañero de escaño por su ropa y no piensa hacerlo en la nueva legislatura. "Yo no tengo que vigilar", aseguró en declaraciones a Onda Cero, la correción de los diputados en sus estilismos. Eso sí, defendió su derecho a dar una opinión y a lanzar la reflexión de que "la Cámara merece una respeto institucional" por parte de sus miembros, a los que pidió además "decoro". También comentó que en sus 20 años como diputado siempre llevó corbata a los plenos, pero se "puede ir dignamente sin corbata".

La mayor o menor corrección de los parlamentarios es un debate viejo. En el Congreso, José Bono llamó la atención al entonces ministro de Industria Miguel Sebastián por subir a la tribuna sin corbata, aunque la razón fuese reinvindicar un mayor control sobre el uso de la calefacción como medida de ahorro energético. Y en el arranque de la anterior legislatura en Madrid las rastas de un diputado de Podemos y el comentario de Celia Villalobos pidiendo a Alberto Rodríguez que las lleve limpias para no "pegar piojos" ya suscitaron controversia.

Ayer desde En Marea, el viceportavoz, Antón Sánchez, consideraba que las palabras de Santalices están "fuera de lugar" y le pedía una "rectificación". Pedía que a los diputados se les juzge por su trabajo y no por su vestimenta. E instaba al presidente de la Cámara a preocuparse "por cosas importantes y que sí preocupan a los gallegos". También dijo: "Las peores agresiones a los ciudadanos, recortando sus derechos y los servicios sociales, se han hecho con traje y corbata". "A mí no me preocupan las apariencias, a mí me preocupa el fondo", concluyó.

Patricia Vilán, viceportavoz del Grupo parlamentario del PSdeG, pidió a Santalices que "se acomode a los tiempos" y "sea flexible" que ya no vivimos en el siglo pasado. Vilán reclamó "flexibilidad" al titular de la Cámara autonómica y dijo no entender sus declaraciones. "Santalices no tiene que llamar la atención a ningún diputado; en la sesión de investidura no vi a nadie ni en bañador, ni en pijama. Se puede ir en vaqueros y con chaqueta y camiseta e ir bien vestido", defendió.

Desde el BNG, fueron tajantes: "El Parlamento no es un pasarela de moda y que cada uno vaya vestido como quiera".

En el grupo parlamentario del PPdeG restaban ayer trascendencia a las declaraciones de Santalices. No hay intención de regular la vestimenta de los diputados y recuerdan que desde hace años los parlamentarios en O Hórreo se ponen lo que les place. "Dolores Villarino exigía chaqueta para estar en el escaño y en privado te llamaba al orden si te la quitabas, aunque hiciese calor", comenta un diputado popular. También Pilar Rojo, antecesora de Santalices en el cargo, invitó a algún diputado a complementar su camiseta con una chaqueta, pero nunca en público y sin tensiones. "Las costumbres se han ido relajando y todos lo entendemos", aseguran desde el PPdeG.

Regular la etiqueta, imposible para los expertos

  • A Esmeralda Nogueira, que fue jefa de protocolo de la Xunta en el bipartito, le llama la atención que Santalices abriera un debate sobre la vestimenta de los diputados, pues en Galicia llevan años yendo a la Cámara en vaqueros y camisa. "Es el reflejo de la sociedad en que vivimos", apunta. Ve muy difícil que el Parlamento pueda imponer un código de vestimenta a sus miembros, pues hoy en día con "unos vaqueros y una camiseta puedes ir muy bien" y las opiniones al respecto son muy encontradas. "Además se podría interpretar como una limitación al derecho de un diputado de expresarse a través de su estética", apunta. Solo ve posible "marcar la etiqueta para actos excepcionales"."No entiendo que puedas ir al Parlamento en mangas y vaqueros", asegura, por su parte, Mar Castro, consultora y docente de Protocolo y Comunicación. Castro entiende la reflexión lanzada por Santalices a los diputados porque los parlamentarios "representan a los votantes" y en su vestimenta "deben ser coherentes con su forma de ser", pero también cuando asisten a su trabajo "deben adaptarse a la institución formal y seria a la que acuden". En todo caso, no considera necesario que el Parlamento de Galicia dicte una norma que obligue a los diputados a vestir de una determinada forma, pero sí le aconseja unas pautas de etiqueta que serían solo una recomendación. "Hay que cuidar la imagen porque la imagen es credibilidad. Eres lo que eres pero también eres lo que pareces", reflexiona.

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