Esta es la segunda ocasión en la que Galicia acoge la cumbre anual de las empresas familiares de España. Lo hizo ya en 2001, la cuarta edición, en Santiago de Compostela. "No es por casualidad", explicó Ignacio Osborne, presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF). "Galicia es una tierra con una fuerte identidad, una riqueza cultural, natural y gastronómica admirada en todo el mundo -continuó- y los gallegos han conseguido siempre que nos sintamos con en casa". Pero es que además esta es una de las regiones con mayor peso de este perfil de compañías y su asociación "muy activa". A punto de cumplir un cuarto de siglo, el IEF se afianza entre los principales interlocutores con la administración. "Y en estos momentos en los que estamos pendientes de la formación de gobierno, conviene recordar que la confianza es el principal aliado de la inversión, y, por el contrario, la incertidumbre su mayor enemigo -advierte Osborne-. Nuestro país necesita estabilidad institucional, regulatoria y económica para consolidar esta nueva etapa de crecimiento y nuevas cuotas de renta y bienestar".

Porque la estabilidad, sostiene el máximo responsable del IEF, "es sinónimo de permanencia, de duración, de longevidad, que es lo que caracteriza a las empresas familiares". De ellas se puede aprender "mucho" por "su visión de largo plazo, el rigor, la disciplina, la austeridad, la cultura del esfuerzo, la asunción de riesgos, o el compromiso social y el territorio". "De ética y honradez", incidió. De ahí que Osborne anima a los empresarios a dejar de ser "tímidos" en presumir de sus valores y, a la vez, "ser muy críticos e intolerantes con la corrupción en nuestro entorno".

El presidente del IEF es uno de los defensores de la importancia de que las compañías ganen tamaño, el leitmotiv del congreso de este año, "con el fin de mejorar su eficiencia y competitividad". "Pero el crecimiento debe ser sólido y estable, arraigado en los valores que distinguen a la empresa familiar y en el territorio de donde provienen", receta, también para el resto de firmas. "Somos la economía real, la que invierte, la que genera empleo, la que soporta las dificultades de poder cumplir con nuestros proveedores y la que se ilusiona cuando ve un futuro de oportunidades y nuevos proyectos", describió.