La situación política, a la espera de si la investidura de Mariano Rajoy va finalmente adelante, sobrevoló incesantemente en las comparecencias del XIX Congreso Nacional de la Empresa Familiar celebrado hasta ayer en A Coruña. Incluso en su clausura. Por "problemas de agenda" el presidente del Gobierno en funciones se ausentó, así que el presidente del IEF se permitió la licencia de hacer "un poco de publicidad" para el organismo, que el próximo año cumple un cuarto de siglo. "El instituto ha conseguido un gran reconocimiento por parte de las instituciones y de la opinión pública", destacó, tras aplaudir el trabajo que realizan las asociaciones territoriales -como la gallega, liderada por Emilio Pérez Nieto, que ya ha logrado que la cumbre se celebre dos veces en la comunidad-, la red de cátedras y la interrelación con las plataformas de otros países. "Hay dos maneras de entender la vida, o mejor dicho, se puede vivir la vida de dos maneras diferentes: con miedo o con ilusión -afirmó Ignacio Osborne-. Los empresarios familiares estamos y estaremos siempre en el segundo grupo, a pesar de las muchas dificultades que, como dicen aquí, haberlas haylas, la satisfacción de un trabajo bien hecho siempre lo compensa con creces".

En la cocina del organismo está ahora el estudio a fondo de los ingredientes que influyen en el aumento de tamaño de las empresas. El asunto principal a tratar en la cita de este 2016. "Crecimiento con raíces", decía el lema. Hay alguno de esos ingredientes que apuntan ya, a la espera de que se complete el informe, a conclusiones "absolutamente rotundas", como el grado burocrático "que en España bate récords en Europa". "Eso -como subrayó Juan Corona, director del IEF, en la presentación del adelanto del informe- son trabas". El instituto considera fundamental la eficiencia en el sector público y un marco regulatorio "estable y sencillo". Dos cualidades que exigen también para el sistema fiscal. Flexibilidad en el mercado laboral, todavía "enormemente rígido"; y calidad en el capital humano. "Hay una correlación clarísima -dice Corona- entre un buen sistema educativo y el tamaño de las empresas".

Por todo eso, su presidente fue muy claro a la hora de poner deberes de futuro. "Llevamos años pidiendo un gran pacto político para una plan de educación a largo plazo", se quejó Osborne, que incluye también "la actitud". "¿Dónde se aprende el amor por el trabajo, el espíritu de sacrificio, la ilusión por emprender un proyecto propio, la confianza en uno mismo?", se pregunta. Todos los caminos llevan a "la tradición familiar, probablemente el mejor o único catalizador de estos valores". "Y es algo que debería preocuparnos -añade-. Invertimos miles de millones de euros en educación, pero sigue sin existir una verdadera vocación empresarial que salga de colegios y universidades, asentada en la sociedad".

Pensando en los tres niveles de la administración -estatal, regional y local-, las empresas familiares apelan a que el sistema fiscal sea un elemento más de ayuda a crear empleo. "Más que pedir beneficios fiscales, lo que pedimos en un sistema simple, fiable y estable en el tiempo", ilustra Osborne, que alerta de las dificultades en las pequeñas y medianas compañías para "estar al corriente del Boletín Oficial y llevar un negocio al mismo tiempo".

Hay, según el máximo responsable del IEF, "margen" en la mejora de las administraciones. Por un lado, con una mayor "participación de las empresas en la gestión pública" y que así los ciudadanos cuenten con más capacidad también "de elección de este tipo de servicios". Un sector público adaptado a las nuevas tecnologías y sin largos trámites. "Mientras no abordemos este asunto de verdad -avisa-, la burocracia seguirá siendo un lastre para que las empresas puedan crecer más".

Tasas de paro "no razonables"

El del mercado de trabajo es, según estas compañías, "el eterno gran problema económico". "No es razonable asumir tasas de paro que duplican las europeas como si fuera algo normal", protestó Ignacio Osborne, en línea con la petición de "flexibilidad" que muchas voces reclamaron a lo largo de estos dos días. Por último, el IEF coloca en la agenda de prioridades la apuesta por la I+D, con mayor capacidad para hacerlo cuanto más grande sea la compañía.

El IEF hace un llamamiento al diálogo. A que administraciones, agentes sociales, empresarios y políticos vayan "de la mano" por el objetivo que les une, crecer. "Somos responsables de nuestro futuro", recuerda, y "sin rentabilidad no hay incentivo a inversión y sin inversión no hay empleo". "El crecimiento empresarial es algo de lo que toda la sociedad se beneficia y, si es sostenido, permite consolidar mejor los logros obtenidos", afirma Osborne.