A los economistas les sorprende el optimismo que llega de las cúpulas de las compañías. El 70%, según el último barómetro de la empresa familiar elaborado por KPMG, ve "positiva" su situación en los próximos doce meses e incluso ayer, durante la encuesta en tiempo real realizada durante su cumbre anual en A Coruña, el panorama de la economía recibió un aprobado. Muy justo, un 5,31, pero es la mejor valoración en los últimos ocho años. "La idea de que la falta de gobierno no afecta es una falacia", arrancó Fernando Fernández en el debate sobre los retos y perspectivas del país para los próximos años. Italia es un espejo cercano. Las idas y venidas políticas provocaron, según el director de la Cátedra del Sistema Financiero Internacional del IE Business School. "que tengan la misma renta per cápita que hace 20 años y no crezcan". "¿Lo vamos a pagar?", preguntó directamente la periodista Ana Samboal, moderadora. "Sí se puede ralentizar la inversión. Aunque hay un viento de cola muy fuerte y España es uno de los países que más se benefició de eso en la Eurozona -indicó Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas)-, lo cierto es que cuanto más se demore, más se paralizarán las inversiones o se olvidarán porque alternativas hay de sobra".

La otra falsa teoría que incubó la reciente crisis coloca el déficit como irrelevante. "Una estupidez", critica Fernando Fernández, que incluye la consolidación fiscal entre las metas fundamentales a alcanzar en España, "un país complejo, particularmente difícil en un contexto de descentralización y sin tener un marco estable de financiación autonómica". Esa, coinciden los dos conocidos economistas, es otra de la prioridades de la agenda. La reforma del reparto de los fondos del Estado a las autonomías. Antes de que las posturas territoriales "se tensen más". "Impensable", dice Carbó, que aquí se adapte el modelo federalista norteamericano, con independencia fiscal y quiebra en caso de impago. El alemán es factible, con corresponsabilidad mutua. "Seguir con las transferencias, pero con más garantías para ambas partes", indica, en un reproche expreso al retraso en la aplicación de la regla de gasto por parte del Ministerio de Hacienda.

"El país tiene un problema con el lujo de que afortunadamente vivimos más", destacó el profesor del IE Business School. Otro ejemplo de que a los ciudadanos hay que decirles las cosas "como son" para "concienciar". Que la edad de jubilación se irá prolongando más allá de los 67 años y que no quedará otro remedio que completar la pensión pública con una privada. "Otra cosa -admite- es que los sueldos sean bajos y que no lleguen". "Hay que quitar el estigma", anima también Santiago Carbó, que no tiene claro que la reforma de la Seguridad Social deba incluir una subida de las cotizaciones sociales y su cobertura a través de los Presupuestos Generales del Estado.

Los dos expertos alaban la reforma laboral. Y dejan entrever que hay que ir hacia el contrato único. "Tiene ciertas ventajas porque vas acumulando garantías", dice el analista de Funcas, que, sin embargo, sospecha que no existe consenso político en este momento para acabar con la dualidad en el mercado laboral. Fernando Fernández es rotundo: los "minijobs", los contratos de 300 euros, "son necesarios" para evitar la creación de "parásitos totales". Es cierto que habrá situaciones insostenibles -añade-, que habrá que compensar con una prestación". "Lo que conviene -opina igualmente Carbó- es que la gente trabaje".