Un simple pinchazo puede salvar vidas. En Galicia fallecieron entre el invierno pasado y primavera de este año más de cien personas por complicaciones derivadas de la gripe y seis de cada diez no se habían vacunado. Los mayores gallegos siguen siendo reacios a ponerse la vacuna, bien por pereza o por dejadez. La prueba está en que Galicia es la cuarta comunidad con la tasa de vacunación más baja de España. En 2015 solo se vacunó el 54,1 por ciento, cuando lo recomendable es llegar al menos al 65 por ciento de la población de más de 65 años.

Ahora que está próxima a iniciarse la nueva campaña de vacunación, el 23 de octubre, la Consellería de Sanidade está dispuesta a llamarlos uno por uno para que no se olviden de ponerse la inyección.

Y es que no solo es una cuestión de salud pública, sino también de recursos. Las olas de gripe terminan colapsando las urgencias de los hospitales, como ocurrió el invierno pasado, y además la prevención ayudaría a ahorrar gastos de hospitalización. Más de 1.700 gallegos estuvieron ingresados el año pasado por la gripe y la mayoría de ellos no estaban vacunados.

La propia Consellería de Sanidade reconoce que la tasa de cobertura es todavía baja y no solo ha intensificado las campañas para difundir la necesidad de la vacunación sino que este año ha decidido llamar por teléfono a los mayores para que acudan a vacunarse. A partir de la cuarta semana desde enfermería se llamará a los gallegos de entre 65 y 74 años. Además se han incrementado los centros de vacunación. De los 650 habituales se ha pasado a 900. A los centros del Sergas se sumarán este año centros médicos y consultas privadas, residencias, centros de empresas o servicios de prevención de riesgos laborales. El Sergas prevé este invierno que la gripe tenga una intensidad "media moderada".

En España la media de vacunación es del 56,1 por ciento de la población. Galicia está por debajo de este porcentaje, pero además solo la Comunidad Valenciana (con el 50,7 por ciento de la población protegida), Baleares (47,3 por ciento) y Murcia (37,5 por ciento) tienen peores registros.

Por el contrario, otras autonomías como La Rioja, con el 65,5 por ciento, y Castilla y León (64,4 por ciento) sí alcanzan la ratio mínima recomendada.