Lo que muchos cargos del PSOE declaran en off, él lo dice sin tapujos. El líder de los socialistas en la provincia de A Coruña reconoce la "división profunda" en la que está sumido el partido y la achaca a problemas "orgánicos e ideológicos". Julio Sacristán lamenta que el partido se haya "dormido en los laureles" y que no sea capaz de conectar con la sociedad, cuestiona la "indisciplina" con la que "campan" las distintas organizaciones en el PSOE, una situación que -destaca- "no ocurría con Alfonso Guerra como secretario general". El también alcalde de Culleredo confía en que el PSOE recupere su espacio, pero para ello asegura que es necesario un "pacto" entre los distintas sensibilidades porque de lo contrario -advierte- el partido puede llegar a desaparecer.

-¿Cómo vivió la jornada del comité federal del PSOE, en el que el partido era consciente del "espectáculo" nacional e internacional que estaba dando?

-Fue el peor día de mi vida desde que milito en el PSOE. Lo ves con profundo desagrado. Aquellos que mayores responsabilidades tienen en el partido dan un espectáculo lamentable e innecesario teniendo en cuenta que el comité federal estaba convocado y, por tanto, no hacía falta ni que hubiera dimisiones en la ejecutiva ni que se produjera el espectáculo bochornoso que se produjo ya que el comité federal es el máximo órgano entre congresos.

-La lectura que hace la ciudadanía es que el enfrentamiento interno del PSOE nada tiene que ver ya con un programa, una ideología o el sentido del voto en el Congreso sobre la investidura de Rajoy, sino con un pulso por el poder y el control del aparato.

-Es el mensaje que se puede transmitir a la ciudadanía, pero ese no es el debate de fondo. Es más profundo. Hemos ido dejando sin resolver los problemas que se iban generando en el partido desde el punto de vista ideológico y organizativo. Se estaba dando un caldo de cultivo de que no había una autoridad en el partido. Se había relajado el tema disciplinario con todavía hoy un montón de expedientes abiertos a compañeros que no se han solucionado; a veces por cuestiones de poder y de equilibrio de fuerzas en el partido. En el fondo, hay cuestiones políticas de adaptación del partido a la base de la sociedad con la que no hemos conseguido conectar. Nos hemos dormido en los laureles.

-Es uno de los pocos que hace autocrítica en voz alta. ¿Erró el PSOE y también el PSdeG al no asumir los últimos fracasos electorales y no acometer una verdadera renovación que evitase la ruptura a la que se ha llegado?

-Efectivamente. Los resultados varían según sean elecciones autonómicas, generales o municipales. En ese sentido, hemos perdido la disciplina que había en la época que Alfonso Guerra era secretario general. Entonces había una disciplina de partido, un programa, cuestiones a plantear a los ciudadanos... Todo esto se ha ido abandonando dentro del partido. Eso nos ha llevado a la situación en la que estamos: se programa tarde y mal y en las campañas electorales las organizaciones existentes campan a sus anchas con una indisciplina importante.

-¿La lucha en el PSOE en los últimos años es por hacerse con un puesto de trabajo en el partido?

-Hay miles de militantes en este partido que no luchan por un puesto de salida en una lista.

-También los hay que sí...

-Como en todo, en política también hay profesionales de estas cuestiones. Pero la inmensa mayoría de la militancia piensa en colaborar, ayudar y trabajar por el partido sin importarle si va en un puesto de salida o no. Es cierto que también hay algunos se han profesionalizado, que solo van en las listas del Congreso, el Senado o el Parlamento gallego pero no pisan el terreno municipal. Ahí es donde realmente se mide el tirón que tiene cada uno en su territorio. Hay gente que a ese nivel no desciende y solo se queda en los escalones superiores... Y son los que más ruido arman.

-¿Hay cargos tóxicos dentro del PSdeG?

-Hay compañeros que se han limitado a esos niveles, que tienen relación con los medios de comunicación, intoxican y generan un ruido terrible que no se parece en nada a lo que es el partido en conjunto.

-¿Hacia dónde tiene que ir el nuevo PSdeG?

-Yo no soy quien debe decirlo... Las comisiones gestoras, que se marcan para unos plazos determinados, deben finiquitar con la convocatoria de un congreso lo antes posible para que se refina el papel del partido en la sociedad gallega. Eso es lo que hay que hacer con urgencia.

-Valentín González Formoso sonó en las quinielas como candidato del PSdeG a la Xunta.

-Es un gran alcalde y está haciendo un gran trabajo en la Diputación. Es una persona joven y creo que puede aspirar a cualquier cargo en el Partido Socialista. Puede ser un activo interesante para el partido.

-¿Qué le parece que Vigo pretenda tutelar el PSdeG? ¿Qué legitimidad tiene con unos resultados electorales que solo le avalan en las municipales?

-¿Legitimidad para tutelar? Nadie. Los que verdaderamente tutelan el Partido Socialista son los militantes. Los demás pueden tener tentaciones o intentos, como ha habido siempre en el PSOE, otra cosa es que los militantes dejen. Creo que quizás todos tenemos buena fe cuando planteamos las cuestiones y todos somos conscientes de que el partido no puede estar en la situación actual. Estoy convencido de que o hay un pacto importante de todos los sectores para sacar el partido adelante o va a ser muy difícil que una de las partes logre convencer a la otra o se intente tutelar desde un solo lado el PSOE. O hay un gran pacto o el batacazo va a ser enorme.

-¿Lo dice con la vista puesta en las próximas elecciones municipales?

-Hablo en general del Partido Socialista. Puede no llegar ni siquiera a las elecciones municipales porque la división es tan profunda y se ha ahondado tanto que hay que sentarse y pactar lo que se quiere que sea el Partido socialista.

-¿Es prioritaria la renovación para cerrar heridas y recomponer el partido?

-Es imprescindible. Ha habido demasiados encontronazos entre determinados dirigentes. La única salida es un gran pacto de todos los militantes y dirigentes y que haya una renovación, no solo de caras sino también de ideas para adaptarse a la nueva sociedad.

-¿Qué expectativas tiene en las próximas elecciones municipales? ¿Confía en que el PSdeG recupere el poder que le mantenía como segunda fuerza o teme que sea engullido por las mareas?

-Dentro del PSOE hay varias sensibilidades. El partido es útil y necesario en la sociedad, tiene un importante número importante de votantes y no se piensa que pueda ser engullido por nadie. Pero si el partido sigue por los derroteros en los que estamos actualmente, incluso puede llegar a desaparecer. Se ha llegado a un límite en el que se hace la situación insostenible si no se alcanza ese pacto. Si el partido llega en buenas condiciones con ese pacto en que nos pongamos de acuerdo en las ideas fundamentales y en la organización del partido, el PSOE puede seguir manteniendo el poder que tiene.

-¿A qué atribuye que el PSdeG cayese a tercera fuerza en las autonómicas del pasado 25-S y que En Marea pase a ocupar el espacio de la izquierda en la comunidad?

-Ha sido una lección muy concreta. Eso no quiere decir que esa tendencia se mantenga en el futuro. Las mareas, como todos los demás partidos, van a sufrir desavenencias internas. Esas desavenencias no surten efecto mientras no hay oportunidad de alcanzar el poder, cuando la haya se va a cuestionar a determinada gente. Coyunturalmente, las mareas pasaron por delante del PSOE pero de forma natural el Partido Socialista volverá a ser lo que fue. Pero solo lo logrará si es capaz de articular un partido serio y en el que vuelvan a primar los intereses de los ciudadanos, haya disciplina y renovación de caras.