En los últimos años el número de estudiantes en las universidades ha disminuido, no solo en Galicia, es una tendencia en el conjunto del país, con un descenso de casi 38.000 alumnos en el último lustro. En el caso de los campus gallegos perdieron, desde 2011, más de 8.000 alumnos, pasando de casi 68.000 matriculados en 2011 a unos 59.000 en 2016. Esta caída se produce desde los primeros ejercicios del cambio de siglo por un efecto de la curva demográfica, después de superar en la década de los noventa los 90.000 estudiantes. Desde entonces las aulas ocupadas y el ambiente en los pasillos de los campus se ha desinflado, de ahí que una de las principales vías de las instituciones sea la captación de alumnos extranjeros, además de la especialización.

La Universidad de Vigo es la que menos alumnos perdió en el último lustro, pasando de 20.485 a 19.355 estudiantes, lo que supone una reducción del 5,5%. El porcentaje de descenso es superior en la Universidad de Santiago, con un 14,6% y una pérdida de 3.903 alumnos, hasta los 22.772. Si se comparan los datos de cada una de las instituciones, recogidos en un informe elaborado por la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras, A Coruña tiene el porcentaje de caída más alto, con un 17,4% y 3.615 estudiantes menos (hasta más de 17.000). En másteres, por ejemplo, la institución coruñesa es la que más alumnado gana.

Con el descenso de estudiantes, y coincidiendo también con los años de la crisis las universidades sufrieron una bajada de los presupuestos. Desde 2010, la Universidad de A Coruña redujo su financiación hasta los 116,3 millones, lo que supone un 15,5% menos (algo más de 21 millones, en cifras). La institución coruñesa ostenta la bajada más pronunciada, seguida de Santiago, con 25 millones menos hasta un presupuesto de 219,3 en 2016, lo que se traduce en un 10,4% de bajada. Vigo es la institución con menor reducción presupuestaria en dicho periodo, pasando de 176 millones en 2010 a 160,5 en 2016. Son 15,4 millones menos y una caída del 8,8%. Si se pone el foco en los presupuestos de 2016 sobre los de 2015, en el último año la Universidad de Santiago logró remontar un poco las cuentas, tras las caídas previas, ganando 20,3 millones: traducido a porcentaje es un 10,2% más. La USC venía de 228,8 millones en 2014 y esta cantidad bajó a 198,9 en 2015. Según los datos de los Consejos Sociales de las universidades recopilados en el informe, la institución coruñesa también logró no recortar cifras en los presupuesto del último año, si bien el aumento fue solo del 0,1%. La institución olívica, no obstante, todavía registró un dato negativo en el último año, pasando de 165,2 millones en 2015 a 160,5 en 2016, lo que supone una pérdida de casi cinco millones y un 2,8% de caída.

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