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Casi la mitad de los concellos en Galicia tiene una o ninguna sucursal bancaria

El ajuste es especialmente duro en la provincia de Ourense, que se quedó sin el 44% de las oficinas

Dos clientes de Abanca retiran dinero en A Coruña // Victor Echave

Fue una de las principales advertencias de los expertos en competencia y de los sindicatos. Que la profunda reestructuración financiera que España lleva a las espaldas desde el estallido de la crisis representaba una clara amenaza para la sostenibilidad de la oferta a los clientes, sobre todo en las poblaciones más pequeñas y dispersas, rasgo diferencial de la geografía gallega, donde además se vivió el proceso con una especial virulencia por la peor fusión de cajas de ahorros y la absorción de los dos bancos que tenían sede aquí. Por eso la comunidad figura entre las que acumulan un mayor recorte en la red de las entidades. Entre 2008, cuando el sector alcanzó máximos históricos en número de oficinas, y el pasado mes de junio, en Galicia se cerraron 882 sucursales. El 34,7% del total y ligeramente por encima de la caída en el conjunto del Estado, un 34,5%, con 15.911 oficinas menos, según los datos que acaba de actualizar el Banco de España. No eran pocas las poblaciones en la región que ya antes de la reconversión del sistema ni siquiera contaban con un banco. Pero ahora son más y muchas más también las que se quedan sin alternativa para elegir. ¿Cuántos? 124 municipios. El 40% de los ayuntamientos de Galicia tienen una sola sucursal o, simplemente, ninguna.

La evolución de la red bancaria en las cuatro provincias deja entrever donde está el ajuste más duro entre las poblaciones del rural. En Lugo la reducción en estos siete años y medio alcanzó el 25%; el 32,3% en A Coruña; un 37,5% en Pontevedra; y casi un 44% en Ourense. Ahí también se encuentran las grandes cifras del desamparo financiero en la comunidad. De las 24 localidades que en 2008 carecían ya de la presencia de una entidad, 11 son ourensanas: Xunqueira de Espadanedo, Piñor, Puxín, Porqueira, Taboadela, Beade, Melón, Pontedeva, Vera, Petín y Castrelo do Val. Y de los 14 concellos que con la reestructuración siguieron el mismo camino, 13 están en la misma provincia: Xunqueira de Ambía, Lobeira, Baltar, Os Blancos, Rairiz de Veiga, A Arnoia, Carballeda de Avia, Cenlle, A Bola, Chandrexa de Queixa, Larouco, Monterrei y Oímbra.

El resto de localidades gallegas sin oficinas de bancos son Dozón, en Pontevedra; Aranga, Coirós, Paderne, Vilarmaior, Vilasantar, Cabanas, Lousame, Toques y Dodro, en A Coruña; y las luguesas Negueira de Muñiz, Ribeira de Piquín, Ribas de Sil y O Páramo. Esta es la lista hasta diciembre de 2015, con 38 concellos sin bancos. La información sobre sucursales a nivel municipal llega a manos del Instituto Galego de Estatística (IGE) directamente desde el Banco de España, con carácter anual, y hay que tener en cuenta que durante el primer semestre del actual 2016 echaron el cierre otras 54 oficinas en Galicia.

En otros 86 municipios de la comunidad queda una sucursal. En 42 la situación viene de lejos. En 44, es consecuencia directa de las integraciones y el repliegue de las entidades para intentar mejorar su rentabilidad. La tendencia se repite: 39 son de la provincia ourensana, 18 de Lugo, 17 de A Coruña y 12 de Pontevedra.

Entre las ciudades más pobladas, Ourense y Pontevedra lideran el descenso de oficinas, con un recorte ambas del 38,2%, y 47 y 34 sucursales menos, respectivamente. En Vigo alcanza el 35% (111 oficinas cerradas); el 36,9% en A Coruña (113); el 33,3% en Ferrol (20); el 27% en Santiago (31) y el 32,6% en Lugo (29). En las localidades intermedias hay ajustes muy importantes. Por ejemplo, en O Porriño, que pasó de 24 oficinas a 11, lo que deja una disminución del 54%; del 41,7% en Baiona; el 40% en Vilagarcía de Arousa; el 45% en Poio o A Guarda; el 39% en Lalín; alrededor del 37% en Caldas de Reis o Marín; un 53% en O Barco de Valdeorras; la mitad en Burela y San Cibrao das Viñas; por encima del 45% en Betanzos y Ribeira; o el 54% en Sada.

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El crédito a familias y empresas crece un 2% en la región

  • La factura de la reestructuración financiera en Galicia va mucho más allá del cierre de oficinas y la correspondiente pérdida de puestos de trabajo. Afecta de lleno a la financiación. A cierre del primer semestre, el crédito en la comunidad ascendía a 43.994 millones de euros, de los que 2.857 millones están en las administraciones y 41.137 millones en empresas y familias. En comparación con el saldo en vigor en marzo, los préstamos aumentaron un 2,1% para el sector privado (838 millones de euros más), mientras que en las administraciones la caída roza el 0,8% (22 millones menos). En comparación con los máximos registrados a finales de 2009, la financiación arrastra un desplome en Galicia del 41% entre familias y empresas, frente al 30% de caída en el conjunto del Estado; y un aumento del 59% para el sector público, que en el total nacional se elevó un 55%.En los depósitos, Galicia marca un nuevo récord, con 59.453 millones, con una subida del 2,5% (1.400 millones) de familias y empresas, y un recorte del 6,5% (150 millones) por parte de las administraciones.

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