Los economistas del grupo GEN de la Universidade de Vigo Santiago Lago y Alberto Vaquero ponen buena nota a España en descentralización tributaria: la sitúan entre los países más avanzados de la UE y aseguran que la capacidad normativa en manos de las autonomías "no es baja". Aun así, ven margen para avanzar y pasaría no tanto por mayores porcentajes de cesión de los tributos, sino por realizar "ajustes de todo tipo para que esa capacidad tributaria teórica que existe sea usada en la práctica", explica Lago, quien ve en el campo de las gestiones "un espacio amplio para mejorar y avanzar". Así lo defienden, explica este economista, en el libro "Descentralización y sistema tributario: lecciones de la experiencia comparada", promovido y editado por la Fundación Impuestos y Competitividad y presentado ayer en Madrid por Santiago Lago; Benigno Pendas, director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales; y Luis Briones, Presidente del patronato de la Fundación Impuestos y Competitividad.

Para Lago es importante descentralizar para "avanzar en la idea de autogobierno y de rendición de cuentas". Para que las autoridades puedan responder respecto a los impuestos que financian las políticas autonómicas, los ciudadanos deben ser "conscientes" de a dónde va su dinero y "no lo son". "Más de la mitad de la población se confunde cuando le preguntas quién es el responsable de cada impuesto", alega, y por tanto, a su juicio, para "avanzar", además de "un sistema que se entienda y que sea más visible", hay que "conseguir que esa autonomía se utilice y que la gente sea consciente de ello".

Vaquero apunta que se trata de que las comunidades utilicen la herramienta de los impuestos, dado que la tienen, y sean "corresponsables" fiscalmente, es decir, que si una autonomía tiene capacidad sobre el gasto, también la tenga sobre los ingresos.

Los docentes de la Universidade de Vigo analizan en el libro los "retos pendientes" de la descentralización, especialmente en el ámbito autonómico, cómo se resuelven en países del entorno y qué impuestos ven "recomendable" descentralizar y cuáles no, porque "no se trata", alega Vaquero, "de repartir porque sí". Por ejemplo citan el impuesto de sociedades y el IVA entre los que no. Entre los que sí, incluyen los de propiedad inmueble, sobre actividades económicas, sobre vehículos y sobre construcción (a nivel local) y los especiales sobre alcohol, electricidad o hidrocarburos o el IRPF. Al final, ofrecen una serie de recomendaciones para España.

Así, sobre el IRPF, consideran que se avanzó mucho con las participaciones territorializadas, pero "se puede hacer más". Aunque se planteó en el debate la cesión íntegra del IRPF a las comunidades, los gobiernos no están dispuestos a renunciar a él, dicen. Lo que se puede hacer, señala Lago, es "mejorar el modo en que está cedido para que realmente el tramo autonómico sea un impuesto autonómico", que los ciudadanos "lo perciban como tal" y que "tocando esa pieza las comunidades puedan tener efectos inmediatos".

Por otro lado opinan que la cesión de la capacidad normativa en el IVA podría "complicar" la gestión de un tributo en el que el fraude es "elevado". Se podría optar, dicen, por un sistema a la alemana, donde las comunidades "codecidiesen" sobre tipos impositivos, "profundizando" en el mecanismo actual de la participación territorializada de los rendimientos.

También mencionan el impuestos de sucesiones y de patrimonio, en los que abogan, precisa Vaquero, por que el Gobierno central fije un "marco común" para su aplicación. Y Lago también ve "espacio para avanzar" y una "opción atractiva" para las comunidades la tributación ambiental.