Más de 600 bomberos continúan hoy los trabajos de extinción del incendio forestal que se mantiene activo en la región portuguesa del Algarve, al sur del país, que ya ha calcinado más de 2.000 hectáreas.

Según los datos de la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC), el fuego mantiene un frente activo y emplea a unos 630 bomberos y otros efectivos, apoyados por dos centenares de vehículos terrestres, cuatro helicópteros y dos aviones.

Este incendio, que se inició en la sierra del Monchique el pasado sábado, fue dado por controlado el lunes pero se reavivó 48 horas después.

Las llamas y el fuerte humo en la zona provocaron el jueves la evacuación de las poblaciones de Carriçal, Moinho da Rocha y Tabual, así como el desalojo de un hotel.

En total, casi 2.500 bomberos y otros efectivos trabajan en todo el territorio portugués para sofocar los 78 incendios forestales declarados en el país.

Además del fuego de Monchique, existen otros tres incendios que la ANPC clasifica como "importantes" y que permanecen activos en suelo luso.

Dos de ellos, declarados al inicio de la tarde de hoy, se sitúan muy cerca de la frontera con la región española de Galicia: uno en el concejo de Chaves, junto a Ourense y con tres frentes activos, y otro en la localidad de Melgaço, limítrofe con Pontevedra y con dos frentes. También preocupa el fuego que afectan a la localidad de Baião, situada en el distrito de Oporto.

Portugal es el país de Europa más afectado este verano por los incendios y a principios de agosto sufrió una oleada de fuegos que afectó especialmente a la mitad norte del país y al archipiélago de Madeira y calcinó más de 100.000 hectáreas de masa forestal en apenas diez días.

En lo que va de año, la Policía Judicial lusa ha tenido a 67 personas como presuntas autoras de incendios forestales.