El Parlamento gallego decidió ayer suprimir, al igual que ya lo hizo tras las pasadas elecciones autonómicas, la compensación económica que reciben los diputados cuando cesan en su actividad tras la disolución de la Cámara y la convocatoria de nuevos comicios. La medida afectará a los 36 parlamentarios que dejarán sus cargos, mientras que los 39 miembros que conforman la diputación permanente conservarán su salario, aunque no llegue a convocarse ninguna reunión de este órgano.

Así lo acordó la Mesa del Parlamento, que también pedirá a los diputados que devuelvan el ordenador portátil y los móviles que les facilitan en el Pazo do Hórreo -en otras ocasiones cuando se disolvía la Cámara los parlamentarios podían comprar estos equipos a un precio estipulado por el Parlamento-.