Galicia está marcada en rojo en los mapas de la DGT por su elevado número de puntos negros. El control con radares y una mayor vigilancia con patrullas en esas zonas es la receta de Tráfico para combatir la elevada siniestralidad en un total de 14 tramos identificados en las carreteras convencionales gallegas -tres de ellos en Pontevedra- como los más peligrosos por la excesiva velocidad a la que se circula. En estos puntos de especial control, un total de 300 identificados en toda España, los conductores encontrarán con una señalización vertical de color naranja que les advertirá de la intensificación de vigilancia por radar. Estos tramos han sido seleccionados después de analizar la accidentalidad de los últimos cinco años y la velocidad a la que se circulaba, que en algunos casos se superaba el límite genérico hasta en 30 kilómetros por hora.

En la presentación de la operación salida del 1 de julio, la jefa de Tráfico en A Coruña y coordinadora de los centros territoriales en Galicia, Victoria Gómez do Barro, detalló los 14 puntos (que suponen el 4% del total de tramos peligrosos identificados en toda España) en los que este verano se reforzará la vigilancia con controles de velocidad. Desde el aire con el helicóptero Pegasus y también a pie de vía con los radares móviles de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y los nuevos cinemómetros portátiles adquiridos por la DGT para que puedan ser utilizados por los agentes en motocicleta.

Estos 60 nuevos radares de base con trípode que se distribuirán en todas las comunidades autónomas, salvo Cataluña y País Vasco por tener las competencias en materia de tráfico transferidas, permitirán múltiples ubicaciones y controles continuos. En Galicia, se espera que los motoristas de la Agrupación, tal y como avanzó ayer este periódico, cuenten con cinco de estos nuevos radares portátiles.

Entre los 14 tramos más peligrosos de Galicia por excesos de velocidad tan solo ha sido identificado tres en la provincia de Pontevedra: la CG-4.1, de Rande a Cangas; la VG-4.1, de Sanxenxo a A Lanzada; y la VG 4.4, entre Lourizán y Ardán.

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En A Coruña solo hay uno, la N-655 en la zona del puerto exterior de Ferrol, y la de Lugo es la provincia gallega con más puntos negros que estarán en el punto de mira de Tráfico: la CG-2.1, a su paso por Monforte; la CG 2.2, en Sarria; la LU-540, de Lugo a Taboada; la LU-546 de Lugo a Nadela; tres tramos en la N-120, en la zona de Quiroga, Monforte y Os Peares, y la N-640, en A Pontenova. En Ourense, la campaña especial de control de velocidad se centrará en la N-120, a su paso por Rubiá.

En el plan de control con radares móviles puesto en marcha por la DGT el verano pasado, que incluye un listado de todos los puntos susceptibles de ser controlados y que se revisa trimestral, aparecen un total de 123 tramos negros de la red viaria gallega.

Para estos meses de verano, Tráfico prevé más de 9 millones de desplazamientos en las carreteras gallegas, lo que supone un 3% más que las vacaciones de 2015, según informó ayer en rueda de prensa el delegado del Gobierno, Santiago Villanueva. Ante los más de 400.000 viajes por carreteras que se esperan para este fin de semana en la comunidad, Villanueva apeló a la "responsabilidad" de los conductores, a los que aconsejó "adecuar la velocidad al tipo de vía y a las condiciones climatológicas". Además, reclamó especial atención a ciclistas y peatones: "Hay que ser y ser vistos".

Durante esta campaña, se prestará especial vigilancia a las carreteras secundarias, donde se producen el 90% de los siniestros mortales. Además, Villanueva llamó a prestar atención a aquellos puntos con más intensidad de tráfico, como los accesos a las playas y las entradas y salidas de ciudad.

Por otra parte, el número de víctimas mortales en accidentes de tráfico registrados en vías interurbanas de Galicia ha aumentado un 26,3% en el primer semestre de 2016, al situarse en 48 los fallecidos frente a los 38 del pasado ejercicio. Este casi medio centenar de fallecimientos se produjo en un total de 46 siniestros, nueve más (+24,3%) que los registrados en los primeros seis meses de 2015 (47). Diez de las muertes se registraron en el mes de junio, un 66,7% más de víctimas que en 2015, cuando hubo seis muertos.