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Sector servicios

Comercio y hostelería pisan el acelerador en Galicia tras cerrar 10.600 negocios

La facturación repunta con fuerza en talleres y concesionarios de coches, un 32% desde 2014, y un 13% en bares -La recuperación en los pequeños establecimientos se resiste

Simón Espinosa

Galicia es un territorio con una gran dependencia del sector servicios, que aporta alrededor de 62 de cada 100 euros del valor añadido generado en la economía. Casi 35.000 millones de euros el pasado 2015. Un nivel que no se alcanzó ni siquiera durante la etapa de bonanza. Esa estrecha vinculación viene de largo, pero la paulatina desindustrialización agravada luego por la crisis, el estallido de la burbuja inmobiliaria y la pérdida también paulatina del papel que históricamente desempeñaban la agricultura y la pesca en la comunidad, ha provocado que el peso siga creciendo. Hace década y media, en el año 2000, los servicios representaban el 54,8% del Producto Interior Bruto (PIB) regional. En aquel momento la construcción movía el doble de riqueza que en la actualidad, casi tres puntos más también la actividad industrial y punto y medio en el caso del sector primario. Lo que no significa que la doble recesión pasara de largo por el comercio, la hostelería, el transporte o las compañías auxiliares. Ni mucho menos. Ninguna de las ramas de los servicios se libra de una caída contundente de su negocio, aunque la mayoría acumula ya crecimientos relevantes desde 2014. Especialmente los bares y comercios que, tras echar el cierre a 10.600 establecimientos durante el pinchazo económico, pisan ahora el acelerador.

Ambas actividades y el transporte suman en estos momentos el 22% del PIB autonómico, según el Instituto Galego de Estatística (IGE). Por encima de los 12.600 millones de euros. Un récord.

Entre 2008 y 2013, el comercio gallego se dejó cerca de un 14% de su negocio, alrededor de un 14% de sus locales y plantilla -9.222 establecimientos y 25.799 trabajadores menos, respectivamente- y un recorte salarial del 6%. Desde entonces y hasta el primer cuatrimestre del actual ejercicio, el incremento de la actividad alcanza el 18,7%. ¿Recuperación de todo lo perdido? No de momento. Hay que tener en cuenta que los avances registrados desde el fin de la segunda recesión se miden sobre una facturación muy mermada. Aunque no todas las patas que sustentan el sector comercial lo sufrieron por igual.

La mayor caída está en el segmento de reparación y venta de vehículos a motor y motocicletas. Prácticamente un 60% de la cifra de negocio se evaporó. El cambio de ciclo, eso sí, deja un incremento del 32% en su valor añadido a la economía gallega. Las ventas en 2008 superaba los 4.000 millones de euros, mientras que en 2014 se quedaron en 2.300 millones, según la información sobre la encuesta anual de servicios que acaba de actualizar el IGE. De los 5.877 talleres y concesionarios que existían en el inicio de la crisis aguantan 4.878. Otros 1.000 se quedaron por el camino. El descenso en la inversión de activos fue del 49,6%, hasta únicamente 38 millones de euros; y del 27% en los empleos -6.350 menos-, que rondan los 17.300.

El comercio al por mayor y los intermediarios que venden luego a los minoristas registró una bajada menos acusada, del 7,6%, y un ascenso superior al 24% entre 2014 y abril de 2016. Se eliminaron un 11% de los locales -unos 1.700-, lo que deja los todavía operativos en 13.900. La facturación alcanza los 24.800 millones. El recorte en inversión y empleo fue del 12%. En el último año analizado por el IGE trabajaban como mayoristas comerciales 52.995 personas.

Otra cosa ya es lo ocurrido en los establecimientos al por menor. La bajada en su cifra de negocio llega al 7,6% en el periodo de recesión y el aumento desde 2014 es todavía tímido, del 4,6%. Las ventas rondaron a la salida de la crisis los 12.500 millones, con 6.500 tiendas que desaparecieron. De 40.679 a 34.178, como recoge el balance del IGE. El desplome en el desembolso de los dueños de los establecimientos para mejorar sus instalaciones es claro: apenas 98 millones de euros, un 42,5% por debajo de lo que lo hacían antes de que la economía resbalara. Las plantillas se redujeron un 11%, en 12.125 efectivos, con un número final en 2014 de 98.456.

En tiempos de vacas flacas por el disparado desempleo y la devaluación salarial, la opción salir a cenar o a tomar algo puede convertirse en un objeto de lujo para muchos. La hostelería, de hecho, se convirtió en una de las actividades más afectadas por la crisis. En Galicia el sector acumuló una caída de la cifra de negocio del 28% hasta 2013 y la recuperación de momento se sitúa en el 12,9%. Mueve unos 2.300 millones de euros anuales. Hay 1.400 bares y restaurantes menos (21.000), que pegaron un tijeretazo del 61% en inversiones, pero son una excepción en los puestos de trabajo. En 2014 estaban empleadas 3.500 personas más que en 2008, según el IGE, hasta un total de 70.756. Un alza del 5,3% que no se replica en su totalidad en la subida de la partida de los salarios en sus cuentas: un 3,2% más.

Las empresas auxiliares aprovechan el tirón de la actividad y elevan su facturación un 25%

  • Las firmas que se dedican a dar servicio a otras tienen la ventaja de que si las ficha una buena compañía el negocio puede estar garantizado, pero la desventaja de que no solo depende de sí misma para tirar adelante. Por eso en este segmento del sector servicios el pinchazo de la economía sentó tan mal, con una bajada de la cifra de negocio, según el IGE, de casi el 18% desde 2008, y un ascenso otra vez a partir de 2014 del 24,7%. Entre esos años, el número de locales abiertos de las empresas auxiliares aumentó un 4,5%. De 6.800 a 7.155, según los últimos datos incorporados por el Instituto Galego de Estatística (IGE) a la Encuesta Anual de Servicios. Esa es la razón de que la evolución de la inversión en activos materiales en su caso no sea tan abultada como en el resto de actividades que componen el sector servicios. Un 7,2% menos, lo que deja el desembolso en 2014 en unos 97 millones de euros. Este tipo de empresas daban trabajo entonces a más de 57.000 personas, un 5,8% por debajo de 2008.Las empresas de transporte y almacenamiento acumulan un incremento de la cifra de negocio en los dos últimos años y medio del 9,5%. La recesión les comió en los cinco ejercicios precedentes un 15,1% del negocio, hasta los 4.800 millones de euros, y cerca de 10.000 empleos. Información y telecomunicaciones experimentó el mayor descenso en inversiones (88%), y su facturación desde 2014 creció un 5,8%. Poco en comparación con el 25% perdido entre 2008 y 2013.

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