Primero fueron bares y restaurantes y ahora les toca a las playas. Xunta y concellos colaboran en promover al menos catorce arenales más libres de humo este verano. La diferencia es que no habrá prohibición o multas, solo recomendación, con carteles y banderas de aviso. La iniciativa es bienvenida en el sector turístico, que aplaude obviar el enfoque "coercitivo" y optar, como también valora el presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias, Alfredo García, por una vertiente "pedagógica".

Lo que sí piden los empresarios es proceder con "cuidado, analizando bien pros y contras" para no afectar al turismo. "Estamos saliendo de la crisis y tenemos que pensar que el turismo es la fuerza tractora de la economía gallega", señala Francisco González, que preside el Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo, concello que por ahora no se unió a la propuesta. Ante todo González, que no ve "con malos ojos" la iniciativa, si bien aconseja no generalizarla a todas las playas, emplaza a ver "cómo funciona" el modelo" y la respuesta ciudadana. No tiene por qué tener "un efecto negativo" sobre el turismo, afirma, pero insiste en esperar a los resultados. "Se podrían reducir las consecuencias negativas", apunta, al habilitar zonas para fumadores y no fumadores en el mismo arenal.

Desde Nigrán, que será uno de los municipios que estrenará el modelo el 1 de julio, el presidente del Centro de Iniciativas Turísticas, Darío Álvarez, también sugiere estudiar crear zonas separadas en la misma playa. Aun así, ve "positiva" la decisión, porque "primero hay que educar, luego penalizar". "Me parece correcto ser pioneros en un tema saludable", declara, y en esa línea apoyaría extenderlo. Piensa que no se perjudicará al turismo, pero hay que "informar".

En ese aspecto incide el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hospedaje de Pontevedra, César Sánchez-Ballesteros: "Depende de cómo se comunique. Hay que hacerlo bien, que el turista tenga claro que no es coercitivo". Si no, avisa, podría tener un efecto disuasorio. En todo caso, descarta recurrir a la prohibición y respalda promover una concienciación en los ciudadanos, "de respeto al otro y medioambiental".

El regidor de Nigrán, Juan González, destaca ese último criterio para defender que su municipio secunde una propuesta que ya había pensado aplicar, dice, antes de hablar con la Consellería de Sanidade. Tras apuntar que el pionero ejemplo de Baiona se tuvo en cuenta, explica: "Ya no solo está el hecho de que tener fumadores al lado sea incómodo, sino que es complicada la limpieza de las colillas", sobre todo porque muchas se entierran, "pero el problema no, y tardan en degradarse". A su juicio, se trata de una decisión "importante" que tiene en cuenta "la salud medioambiental del municipio y de los vecinos" y hay que concienciar de ello. No teme perder bañistas. "En Baiona no se cabe en las playas", alega.

Alfredo García, de la Fegamp, ve "positivo" optar por "la explicación pedagógica", de "convencer" de su bondad, en términos de salud y limpieza. "Esa es la filosofía, no ir a la coerción", afirma, ya que la gente "debe acostumbrarse a estas medidas gradualmente". Concede que habrá que ver "cómo funciona" el plan para estudiar extenderlo, aunque eso debe decidirlo cada municipio. Añade que "no tiene que ejercer un efecto disuasorio" en el turismo y compara la situación a cuando se eliminó el tabaco en bares y se decía que todos iban a cerrar, lo que no ocurrió.