El BNG varió ayer su postura respecto a la oferta de colaboración contra el PP que le lanzó el domingo En Marea. Tras calificar la propuesta de "magnífica cortina de humo para tapar su crisis interna", la portavoz nacional frentista, Ana Pontón, pidió a la alianza especificar "con claridad, seriedad y rigor" su ofrecimiento y explicar los motivos de su "premura". Esta trató de rebajar el tono de tensión con la suma de Podemos, Anova y Esquerda Unida al mostrar su disposición al "diálogo", pero también reiteró su advertencia de que no se convertirán "en un apéndice de Podemos ni en una corriente galleguista de una organización".

El mensaje de Pontón ilustra la difícil convivencia del nacionalismo con En Marea, especialmente en la antesala de dos batallas electorales: las generales del 26-J y las autonómicas de octubre. En las pasadas elecciones del 20-D, el BNG se quedó fuera del Congreso por primera vez desde 1996, mientras En Marea logró un debut histórico con seis diputados.

El Bloque mantiene su distancia con En Marea para reivindicar la necesidad de una "voz gallega" en las Cortes, a pesar de la presencia de nacionalistas de Anova en esa unión. Trata de contener la sangría de votos hacia AGE en 2012, primero, y En Marea, después, el 20-D. Por eso, Pontón destacó que "el BNG está aquí para configurar una candidatura de país", durante un acto en Allariz, en el que anunció que su formación potenciará el peso de sus cargos municipales en la campaña. Allariz es una de las referencias frentistas, pues ahí gobierna desde hace décadas.

De hecho, afeó a las "fuerzas del cambio" que Galicia hubiese quedado "desaparecida y muda" en la legislatura más breve de la democracia, aludiendo, por ejemplo, a la falta de propuestas concretas de la comunidad en la oferta de Podemos y sus aliados al PSOE para formar gobierno. Anova achacó esa situación a un fallo de funcionamiento de En Marea.

El BNG ha transmitido a En Marea su punto de vista de la actual situación a través de una carta a la que ha tenido acceso Europa Press. En ella, advierte de la existencia de "muchos gallegos decepcionados" con el "fracaso" de la legislatura pasada "ante la falta de propuestas y alternativas que situasen a Galicia con una voz propia, sin dependencias de las estrategias de fuerzas políticas de ámbito estatal", una alusión también a la incapacidad de En Marea para lograr grupo propio en el Congreso. Podemos e IU, además, han rechazado su conversión en partido instrumental para maximizar las opciones de alcanzar esa meta. Eso sí, el Bloque deja clara su disposición a "contribuir a un gobierno alternativo al PP".

En ese último punto incidieron Antón Sánchez, número 3 de Anova, y Eva Solla, de EU, durante su intervención tras la junta de portavoces, en la que representaron a AGE. El primero rebajó la importancia de las diferencias existentes en En Marea con un argumento válido para tender puentes con el BNG. "Hay un objetivo por encima [...], tanto en las generales como en las gallegas, que es derrotar las políticas del PP", adelantó. "Y vamos a disputarle la hegemonía, no vemos verosímil que los gallegos sigan escogiendo corrupción, quieren un cambio", proclamó.