El líder del PSOE, Pedro Sánchez, lanzó ayer en Vigo un claro mensaje de unidad a su partido de cara a las elecciones generales del 26 de junio: "Cuando trabajamos en equipo somos imparables". El candidato a la presidencia del Gobierno apeló a la unidad en un momento en el que su liderazgo se ve cuestionado dentro de su propio partido. Sánchez reiteró su apuesta por un Gobierno "limpio, dialogante y social" en un encuentro con asociaciones sociales, culturales y deportivas, así como diferentes representantes, como el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, o la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva.

"Durante estos seis meses quisimos, pero no pudimos", comenzó resumiendo Sánchez su intento fallido de formar Gobierno. En su discurso repitió una y otra vez la palabra "cambio" y apeló al "trabajo en equipo", tanto dentro del propio partido como con otros grupos políticos y entidades. "Si el PSOE está fuerte, habrá cambio", vaticinó tras referirse a Vigo como ejemplo, destacando el papel de su alcalde al que llamó "maestro" porque "no hace más que ganar elecciones y mejorando los resultados". Con el regidor y el resto de su equipo paseó por la ciudad y comió en el albergue municipal.

"El PSOE va a salir a estas elecciones a ganar", aseveró el candidato socialista, que pidió un "sí al cambio" para desplazar a Mariano Rajoy del Gobierno, quien, según valoró, "confundió la mayoría absoluta con el absolutismo" y "utilizó la crisis como excusa para desmantelar todo lo que construimos socialmente la mayoría de este país".

Aunque los candidatos a la presidencia son los mismos, afirmó Pedro Sánchez que no se trata de una segunda vuelta, sino de "una nueva oportunidad" y que los ciudadanos ya no los ven como en la primera campaña porque "unos trabajaron por el cambio" y otros no. Aseguró haber asimilado el mensaje que los ciudadanos le enviaron con su voto el pasado 20 de diciembre: "Entendí que teníamos que dialogar". Continuó explicando que "acordar es acordar con el distinto" y que así lo había hecho al entenderse con Ciudadanos, pero que "otros partidos que se autocalifican de izquierdas", en alusión a Podemos, bloquearon el proceso. Pero el candidato quiso tender puentes hacia ambos lados y aseguró que las pasadas elecciones también le habían enseñado a "no vetar" y que no se había negado a hablar con Rajoy. "La pena es que me ha hecho muy poco caso", lamentó.

Sánchez también se refirió a la cita que Galicia tiene con las urnas a finales de año. "Las elecciones también traerán el cambio", auguró, aunque sin mencionar a ninguno de los dos socialistas que se presentan a las primarias como candidatos para pelear por la presidencia de la Xunta, Xaquín Fernández Leiceaga y José Manuel Méndez Romeu.