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Las hipotecas en Galicia se acortaron casi seis años tras el pinchazo inmobiliario

De media, los créditos para la compra de vivienda duran ahora menos de 23 años -Es la sexta comunidad en la que más cuesta pagar el préstamo, que se lleva el 26% del salario

Al sector financiero le cuesta digerir el empacho del ladrillo. A estas alturas, ocho años después del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, las entidades todavía acumulan unos 213.000 millones de euros, el equivalente al 20% del Producto Interior Bruto (PIB) nacional, en lo que el propio Banco de España califica de "activos improductivos". Es decir, viviendas, suelo y edificios que caen en sus manos por el impago de los créditos y otras construcciones que probablemente correrán la misma suerte porque no están al corriente de pago. Ahí está una de las claves de la atonía en el mercado. Que la banca se resiste a vender con los descuentos a los que cotizan los pisos en este momento, a la espera de la recuperación que empieza a percibirse en los precios; y, a la vez, la contención en la concesión de créditos para las ventas convencionales porque sostienen que la demanda "solvente" es débil. Hoy se presta mucho menos dinero, por el menor valor también de las casas y porque queda lejos lo de cubrir el 100% de su coste, y además a márgenes de vencimiento mucho más cortos. Las nuevas hipotecas en Galicia rondan actualmente los 23 años de plazo, unos seis años menos que antes del estallido de la crisis.

En 2007 se alcanzó el récord. Los préstamos para la adquisición de vivienda en Galicia se prolongaban 338 meses. Más de 28 años. La duración fue cayendo a media que se agudizaban los efectos de la recesión en el sector inmobiliario y entre las entidades financieras. Hasta 2014, donde las operaciones formalizadas empezaron a alargar de nuevo los tiempos de pago. En ese momento pasaron, de media, a 267 meses (22,2 años). En 2015 subieron a 270 (22,5 años). Y en el primer trimestre del actual ejercicio se situaron en 275 meses (22,9 años), según la información recopilada por los Colegios de Registradores de la Propiedad. El ligero avance de los dos últimos años está, sin embargo, lejos del vencimiento que se autorizaba durante los años de la burbuja. Esa diferencia de prácticamente seis años menos.

En el conjunto del Estado, el plazo se sitúa en 23,1 años. En 2007, la media nacional de tiempo de pago era mayor a la de Galicia: 333 meses, por encima de los 27 años y medio.

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El cambio radical en la dinámica hipotecaria en la comunidad afecta evidentemente también a la cuantía se da. Los excesos del pasado parecen lejanos. El crédito por vivienda se movía alrededor de los 118.500 euros. Los que se formalizan ahora se sitúan en unos 90.300. En este caso se mantiene la tendencia a la baja. Entre el cierre de 2015 y el primer trimestre de 2016, la caída en la cuantía concedida en Galicia fue del 1,5%. El descenso acumulado roza el 24% y supera ligeramente el abaratamiento de la vivienda en ese mismo periodo, entre 2007 y 2015, en la región, un 23%. Con el matiz, además, que el pasado año los precios de los inmuebles en la comunidad empezaron a subir otra vez. El total del país registra un recorte en el montante de las hipotecas cercano al 28%. De 151.400 euros a los 109.200.

Los históricamente bajos tipos de interés ayudan, y mucho, al acceso a la vivienda y que el abono de los créditos no se convierta en un problema tan grave como durante los años más duros de la crisis, donde al cóctel explosivo se sumaron las cifras disparadas del desempleo. La cuota mensual en Galicia asciende de media a 427,6 euros, frente los 512,8 euros del dato estatal. Pese a ser menos costosa, la comunidad ocupa los puestos de cabeza -la sexta, por detrás de Baleares, Madrid, Cataluña, País Vasco y Cantabria- en el esfuerzo de una familia para afrontar el pago de la vivienda. ¿Por qué? Por los menores salarios. De hecho, más de una cuarta parte del los ingresos por trabajo en un empleado gallego (25,9%) se van a la hipoteca. La media española no es mucho mayor, del 26,9%.

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