Por si el giro social anunciado en octubre tras remodelar la Xunta no lo hubiese dejado claro, el PP ha engrasado la maquinaria electoral. El pasado 20-D se dejó cinco escaños en Galicia, pero en el partido consideran que tienen al alcance reeditar su mayoría absoluta, sobre todo ante el estado de la oposición, donde PSdeG y Marea carecen aún de candidato y mantienen conflictos internos. Feijóo marcó su estrategia ayer. Lucharán contra el "pensamiento único" que ofrecen las mareas y Podemos y se ofrecerán incluso como vía para canalizar la furia juvenil, granero de votos tradicionalmente esquivo con los populares gallegos.

"Nos mostramos como alternativa al pensamiento único que algunos pretenden instaurar entre los ciudadanos, sobre todo entre los más jóvenes. Si queréis ser realmente rebeldes, aquí está una plataforma política que no es el pensamiento único y la moda que se lleva ahora", arengó a los jóvenes gallegos en Ourense, paradójicamente la provincia más envejecida de Galicia.

Atacado por la emoción, una constante en sus últimas intervenciones relevantes, Feijóo también situó las elecciones autonómicas en octubre, descartando alargar el máximo legal la legislatura, y señaló de nuevo el motivo de repetir como candidato. "Estoy aquí porque no me gusta la política de hoy", justificó antes de reiterar que su compromiso era Galicia, en alusión a su posible salto a Madrid. Se erigió así en parapeto contra lo que entiende un órdago a la grande al sistema institucional creado durante la Transición.

Los enemigos políticos, por tanto, también recibieron ataques en un discurso que reivindicó la "misma ilusión" que cuando en 2006 Feijóo venció a Barreiro para suceder a Manuel Fraga. Recordó el vacío tras perder la Xunta ante el bipartito y los éxitos de 2009, primero, y 2012, después. Retener el poder este año situaría a Feijóo como un referente del PP nacional. "Por difícl que parezca, volveremos a ganar. Tampoco lo tuvieron fácil Albor, Fraga, Aznar o Rajoy", recordó.

El primer turno de ataques correspondió al alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero. "Quien quiere controlar el PSOE se niega a dar la cara y busca desesperadamente un candidato que se esnafre en su sitio. Pero eso no lo inventó el PSOE. Lo ha hecho la UPG con el BNG desde hace mucho tiempo", espetó el también presidente de la Xunta.

La izquierda rupturista recibió también. "Tampoco perdáis mucho tiempo buscando inspiración para rebelarse en Podemos, Mareas o Ciudadanos. En el PP no queremos que nos controlen con el mando a distancia desde Madrid o Barcelona", punzó.

No quiso olvidarse Feijóo de su escudero desde 2006 en la tarea de reinvención del PP tras el fraguismo. "Querido Alfonso [Rueda] no es sencillo destacar en Galicia a los buenos y generosos, pero tú lo eres". "Aportaste trabajo y humildad para que brillasen otros", lo piropeó tras agradecerle el éxito de 2009, cuando tumbaron por sorpresa al bipartito.

También tuvo palabras para Barreiro y Rafael Louzán, que este año abandonaron las presidencias provinciales de Lugo y Pontevedra, respectivamente.