Las primarias socialistas para elegir candidato a presidir la Xunta sufrieron ayer un terremoto y una muestra de que la unidad será difícil de alcanzar en el proceso al que optan ya tres militantes: el portavoz parlamentario entre 2009 y 2010, Xaquín Fernández Leiceaga, impulsado por la gestora que lidera el besteirismo; el actual portavoz en la Cámara gallega, José Luis Méndez Romeu, que presupone el aval de la agrupación de Vigo y de los críticos de Ourense, entre otros; y el sobrino del alcalde de Vigo, Gonzalo Caballero, crítico militante de base que ya en 2009 trató de disputarle a Pachi Vázquez la Secretaría Xeral pero que no logró los apoyos suficientes. La mecha la encendió ayer el presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, que evitó aclarar si también se sumará a la carrera electoral hacia San Caetano, al atacar a Méndez Romeu.

El que fuera mano derecha del ya secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, cargó contra los socialistas de la vieja guardia. "El PSOE no es de portavoz de 60 y pico años y gente que lleva 50 años en un escaño o que quiere mantenerse desesperadamente en su puesto político", criticó el presidente de la Diputación de A Coruña y también alcalde de As Pontes en alusión a Méndez Romeu, que en julio cumplirá 65 años . Frente a ello, Formoso reivindicó que hay "cientos de concejales pegados a la realidad, de gente se está portando su grano de arena".

El de Valentín González, referente en el PSOE en la provincia de A Coruña, fue el nombre que sonó como más fuerza en las quinielas del besteirismo para concurrir a las primarias. Finalmente fue Leiceaga el primero en dar el paso adelante. A tan solo una semana de que finalice el plazo para inscribirse como precandidatos, el presidente de la Diputación de A Coruña evitó confirmar si se postulará como candidato a la Xunta porque -argumentó- aún "hay margen" para decidirlo. Pero desde su entorno más próximo dan por hecho que Formoso finalmente no se presentará a las primarias, ya que "debe consolidar su proyecto en la Diputación" y "todavía es joven" para dar el salto a la política autonómica.

A preguntas de los periodistas antes de inaugurar unas jornadas sobre el Plan Juncker, Formoso dijo estar en un periodo "de reflexión" y escuchando a mucha militancia". "Que está pidiendo que seamos capaces de ofrecer a la sociedad un proyecto político que ilusione a la gente para un país que lo necesita con urgencia", defendió. Tiene "ganas", según dijo, de que el PSOE, la socialdemocracia, se ponga en valor en Galicia" porque es "el mejor remedio para avanzar en el país en un momento difícil para la socialdemocracia", que está "amenazada por comunismos, por independentismos y por el liberalismo". "La sociedad necesita el sistema que les ha dado mejor calidad de vida. Debemos ofertar a la ciudadanía una candidatura que vea reflejada ese proyecto de socialdemocracia en Galicia", concluyó.

Algunos sectores del PSdeG advertían ayer de que el amago de Formoso con presentarse también a las primarias, que según algunos dirigentes socialistas responde a una estrategia de Ferraz y la gestora presidida por Pilar Cancela con la intención de generar "revuelo", podría llevar a Leiceaga a retirarse de la carrera. Pero el portavoz parlamentario con Touriño confirmó ayer que no da un paso atrás. "Yo ya me tiré a la piscina y pienso llegar hasta el final", aseguró. Sobre la presentación de varios candidatos, Leiceaga dijo que eso indica que "hay banquillo, en contra de lo que muchos pensaban". "Hay bastantes personas que son dignos candidatos a la Presidencia de la Xunta, parece razonable que se lo estén pensado y estamos esperando a que tomen la decisión", zanjó.

El último en anunciar su candidatura fue Méndez Romeu, quien ayer formalizó su inscripción al proceso. "Me presento después de escuchar a numerosos afiliados y ciudadanos, cargos públicos e institucionales", manifestó ayer en su perfil de Twitter, en el que apeló a la "unidad interna" frente a la "resignación".

Los precandidatos del PSdeG a la Xunta para los comicios de otoño disponen hasta el próximo viernes día 13 para conseguir un mínimo de 1.010 avales, que equivalen al 10% del censo.

Pero la verdadera pelea no estará en las primarias, sino que se centrará en conseguir el control de aparato en el congreso extraordinario de principios de otoño. De obtener un mal resultado en las autonómicas, quien haya sido proclamado candidato a la Xunta quedará relegado a una segunda fila y dará paso a una renovación completa del PSdeG. Una regeneración que será tutelada por Vigo, en su condición de primera agrupación de Galicia y principal bastión de poder político.