La maraña de los papeles de Panamá o la reciente detención de Mario Conde, acusado de blanquear más de 13 millones de euros, son los últimos casos destapados de grandes capitales escondidos en paraísos fiscales. Galicia no es una excepción en este mar de lavado de dinero. El año pasado, el Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales (Sepblac), dependiente del Ministerio de Economía, destapó en España un total de 4.757 operaciones sospechosas, un total de 150 de ellas en la comunidad gallega, según los datos del servicio ejecutivo del organismo correspondientes a 2015 y a su memoria de actividades de 2013.

Encabeza la lista del mapa nacional de lavado de capitales, Madrid, con un 30,2% de las investigaciones abiertas en España, un porcentaje que supera con creces su peso en el PIB nacional (un 18,8%). Junto a Madrid destacan Málaga, impulsada por municipios como Marbella, Barcelona, la segunda capital que más población y actividad económica concentra, y las provincias levantinas de Alicante y Valencia, con entre un 5% y un 10% del total de casos destapados el año pasado. Estas cinco zonas de hiperactividad delictiva concentran casi el 62% de los casos investigados el ejercicio pasado en España.

De Galicia, Pontevedra y A Coruña figuran en el ranking nacional de las 20 provincias con mayor porcentaje de operaciones sospechosas de blanqueo de capitales identificadas por el Sepblac. En el puesto número 10 está Pontevedra, con un 2,1% (100 casos al año). A Coruña está en el puesto 17: un 1,1% del total, lo que significa 50 casos fraudulentos.

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Por municipios, casi la mitad de las operaciones sospechosas se concentran en 16 ayuntamientos. En esa lista figura Vigo en el puesto 13, con el 0,8% de los casos de blanqueo detectados en España, casi 40.

La sofisticación de las redes de blanqueo, el aumento de la economía sumergida y, sobre todo, la certeza de que los grandes capitales recurrían habitualmente a sociedades offshore, como las de Panamá, para tributar menos forzaron la creación en los países desarrollados de "unidades de inteligencia financiera". De esta manera, nació en España el Sepblac, organismo que desde 2009 recopila información de operaciones sospechosas que están obligadas a remitir cada mes agentes ligados al movimiento de capitales, como bancos, notarías, registros de la propiedad o sociedades de inversión y movimientos de fondos.

Los especialistas del Ministerio de Economía analizan además la actividad de negocios que suelen emplearse para ocultar y blanquear dinero, como casinos, agencias inmobiliarias o joyerías. ¿El resultado? El Sepblac recibe cada año datos de más de 800.000 movimientos financieros sospechosos de fraude. De ellos, el año pasado derivaron en más de 4.700 investigaciones en profundidad, en colaboración con la Agencia Tributaria, fiscales, jueves y policías. El volumen de operaciones con indicios de blanqueo destapadas en 2015 en España supone un incremento de casi el 3% respecto al ejercicio anterior y un 55% más que hace cuatro años.