El magistrado del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia Luis Villares (Lugo, 1978) es el nombre que suena con más fuerza para encabezar la candidatura de la Marea a las próximas elecciones autonómicas. El juez lucense contaría con el visto bueno de importantes sectores de En Marea, entre ellos Anova, la formación que lidera Xosé Manuel Beiras, y Podemos. Su perfil también agrada entre algunos de los alcaldes que se hicieron con importantes gobiernos de las ciudades en mayo, como el de Santiago, Martiño Noriega, o el de A Coruña, Xulio Ferreiro.

El entorno de En Marea ya ha sondeado al juez sobre la posibilidad de postularse como candidato. Consultado por este diario, Villares se ha limitado a asegurar: "No he recibido ninguna oferta formal". Su nombre, sin embargo, es prácticamente el único que está en las quinielas para liderar la candidatura una vez que todos los regidores "del cambio" han renunciado públicamente a dejar su puesto a mitad de mandato y ante el rechazo de Beiras a repetir como cabeza de cartel, algo que ya confirman desde su entorno más cercano. El magistrado también atraería a algunos sectores que recientemente han abandonado, o tienen previsto hacerlo, el BNG para integrarse en una posible candidatura de la Marea.

Fuentes próximas al espacio político que pretende conformar una candidatura de "unidad popular" coinciden en señalar que el perfil de Villares como figura independiente con una reconocida trayectoria en la magistratura podría forjar el buscado consenso entre partidos y simpatizantes para liderar la batalla por la Xunta ante el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Villares es portavoz de la plataforma Jueces para la Democracia en Galicia y en el pasado también ejerció como magistrado en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Miembro destacado de la Irmandade Xurídica Galega, un colectivo de juristas que busca fomentar el uso del gallego en la Administración de la Justicia, ha sido en los últimos años una de las figuras más críticas de la magistratura gallega contra las políticas de austeridad y, más recientemente, contra la nueva Lei do Solo impulsada por el Gobierno gallego, a la que critica de promover la edificación a "cualquier precio". La suya fue también una de las voces que se alzó contra la política lingüística puesta en marcha por Feijóo a inicios de su mandato, llegando a ser coordinador del libro "Estudos Xurídicos sobre o Decreto para o Plurilingüismo", crítico con la nueva norma.