Xestur, la empresa de la Xunta que gestiona el suelo público de la comunidad autónoma, prepara su tercer rescate consecutivo. Tras acometer dos ampliaciones de capital por un total superior a los 63 millones de euros, la sociedad participada con el 96,34% por el Gobierno gallego ultima ahora otra ampliación de capital, este caso por 12,4 millones de euros, que suscribirá íntegramente la Administración autonómica, reduciendo así aún más la representación que tienen las cuatro diputaciones provinciales, que van camino de convertir su presencia en el accionariado en meramente testimonial. El motivo de esta nueva ampliación de capital es el mismo que las anteriores, hacer frente a la millonaria deuda que acumula desde la época del bipartito y que actualmente, solo la financiera, asciende a 135,6 millones de euros. La Xunta argumenta que se trata de una operación necesaria para amortizar los préstamos heredados de la etapa del Gobierno PSdeG-BNG que la colocaron a borde de la quiebra por emprender una política de desarrollo de suelo excesivamente ambiciosa que truncó la crisis económica.
El acuerdo para autorizar la ampliación de capital se llevará a la próxima junta general de accionistas, cuya reunión se celebrará el 2 de mayo. En esa convocatoria se procederá a nueva operación acordeón, en la que se reducirá el valor de las acciones con la finalidad de re restablecer el equilibrio patrimonial a raíz de las pérdidas de Xestur y, acto seguido, se aprobará la inyección de capital. Los 12,4 millones de euros serán aportados íntegramente por el Instituto Galego da Vivenda e Solo, puesto que las diputaciones han renunciado, una vez más, a participar en la operación. Estos 12,4 millones de euros se destinarán a amortizar parte de la deuda financiera contraída por la empresa pública, que al arranque el ejercicio ascendía a 135,6 millones de euros, sin contar otros 25 millones que adeuda a proveedores.
La Xunta asegura que de esta manera, además de hacer frente a la amortización de los créditos, la sociedad puede continuar con su actividad ordinaria y seguir poniendo suelo en el mercado a precios bonificados. A pesar de que el pasado año, Xestur vendió parcelas de sus parques empresariales por 18,5 millones de euros, su balance seguirá dando pérdidas y es muy probable que el próximo año tenga que acudir a otra ampliación de capital para afrontar su deuda financiera.
Proyectos truncados
En todo caso, la actual Xunta insiste en que estas operaciones "están originadas por la gestión irresponsable del bipartito", que entre los años 2005 y 2008 emprendió una etapa de expansión que le llevó a endeudarse con la banca por 180 millones de euros y con los proveedores por otros 80 millones.
Entre los proyectos que fracasaron -dado que una vez ejecutados no se pudieron vender al estallar la crisis económica- figuran los suelos de carácter residencial de Valdecorvos (Pontevedra), Garabolos (Lugo), O Bertón (Ferrol) o el Ofimático de A Coruña, o la Plisan de Salvaterra-As Neves.
En 2005 la deuda financiera de Xestur -por entonces había una por provincia- era de 30 millones, pero en 2008 se había disparado hasta los 180 millones para hacer frente a la compra de suelo y su posterior urbanización.
Ya con el PP en la Xunta, se tuvieron que fusionar en una única entidad las cuatro Xestur, reducir gastos y elaborar un plan de viabilidad que tuvo que reestructurar, ya en 2013, la deuda financiera con diez bancos. En noviembre de 2015 se renegociaron las condiciones y se suscribió un nuevo préstamo con Abanca por 135,6 millones que permitió cancelar el sindicado de 2013. Y las mejores condiciones supusieron un ahorro en intereses de 14 millones, lo que permitió que la ampliación de capital prevista para este año bajara de los 30 millones de euros iniciales a los 12,4 que ahora se autorizarán, primero en el junta de accionistas de Xestur y posteriormente en el Consello de la Xunta.
