El futuro de Alberto Núñez Feijóo acaparó ayer los focos en la sesión de control del Parlamento gallego, donde el presidente de la Xunta evitó concretar si optará a un tercer mandato, opción que el PP da por hecha, al igual que la oposición, que cargó contra su secretismo. El líder del PPdeG, que previsiblemente revelará su futuro el sábado, respondió a los ataques de sus rivales reivindicando su gestión y trayectoria al frente de una Xunta que calificó como uno de los gobiernos autonómicos más "eficaces" de España. Y dejó una frase ambigua. "Para mí, Galicia es muy importante; le llevo dedicando mucha parte de mi vida. Veremos lo que deciden los gallegos en el futuro", deslizó en alusión a los comicios, sin aclarar si él se someterá a la que sería su tercera contienda electoral. Por si acaso, lanzó una batería de datos sobre el menor paro en Galicia, su crecimiento económico y el "blindaje del autogobierno" con una deuda "de las más bajas de España", a pesar de haberse triplicado desde 2009.

La expectación crece a medida que se acerca el comité ejecutivo del PPdeG del sábado que fijará la fecha del congreso autonómico previsto para mayo. En el partido confían en que su jefe de filas desvele ese día una decisión que nadie se plantea como un portazo a la política gallega y una aventura en la iniciativa privada, después de que se haya reclamado su continuidad sin fisuras. Incluso su jefe, Mariano Rajoy, le pidió esta semana que no solo pensase en él: "Solo espero que tome una buena decisión para él y para su partido".

El PP considera a Feijóo su mejor baza para tratar de mantener la Xunta. La crisis de la oposición, sin candidatos y con el PSdeG descabezado, les permite atisbar una opción de reeditar la mayoría absoluta, a pesar del desgaste de su marca. El presidente del Ejecutivo gallego recelaba de arriesgarse a una derrota, pero la presión hace improbable que deje en la estacada a los suyos. "Sería un sorpresón que no se presentase", reconoce un alto cargo de la Xunta.

De vencer, tendría un lugar privilegiado en el PP estatal, máxime si Mariano Rajoy no logra la Presidencia del Gobierno y se ve obligado a lanzar una renovación interna, si bien Feijóo ya ha descartado el salto a Madrid como opción de futuro.

La oposición censuró su secretismo. "Galicia fue una peana para su autopromoción", lo criticó el socialista José Luis Méndez Romeu, que atacó que "vaya a presentarse una vez más resignado por la falta de alternativas", en alusión al imposible salto a la política madrileña. "Los suyos le cerraron las puertas", añadió.

El socialista sorprendió a Feijóo con esta carga que sumó a la "lista de fracasos" de su gestión en sectores como el eólico, la acuicultura o el transporte. "No es fiable, no cumple lo que promete", le espetó.

Feijóo se revolvió achacando a la herencia bipartita el problema legal con las concesiones de transporte urbano e ironizando con que la campaña electoral todavía no ha empezado. También hurgó en la herida socialista. "Tiene un interés inaudito en que acabe la legislatura. ¿Está mejor posicionado que hace 15 días?", atacó a Romeu, señalándolo como posible cabeza de cartel socialista.

El enfrentamiento más agrio llegó con Antón Sánchez, que responsabilizó a Feijóo de que Galicia perdiese 21.000 gallegos en los años de la crisis, a lo que este replicó que en Galicia entraron 36.000 personas más entre 2008 y 2014. "El problema es que mueren más de los que nacen", dijo.

Su pulso, sin embargo, se produjo a propósito del futuro del líder del PP. "Si se queda, será porque no le queda otra opción", atacó Sánchez. En su réplica, Feijóo dejó una frase que irritó a AGE sobre la baja emigración: "¿Cree que los gallegos somos tan idiotas como para ir a Venezuela".

Feijóo también atacó al líder de AGE, Xosé Manuel Beiras. "Si llevase perdiendo tantas elecciones como él, no formaría parte de este Parlamento", golpeó antes de afear las ausencias a su puesto de trabajo del veterano dirigente. "Claro que son diferentes. Mientras él se manifestaba con madres afectadas por la droga, usted estaba en la ría de Arousa con ese señor", rebatió Sánchez en alusión a las imágenes de Feijóo con el contrabandista Marcial Dorado en los 90.

"La incerteza cada vez es menor", también ironizó Jorquera sobre la decisión de Feijóo antes de denunciar la pérdida de convergencia con la renta europea, situada en el 80% cuando la Xunta preveía alcanzar el 95% en 2014.