Embajador del Xacobeo, embajador del Camino de Santiago... y ahora la Xunta creará también la figura del embajador gastronómico de Galicia con la finalidad de posicionar la enogastronomía como un elemento diferenciador de la comunidad autónoma y generar un mayor atractivo turístico. Como argumento para sustentar este distintivo, el Gobierno gallego asegura que al tradición culinaria de Galicia y su innovación en los fogones hacen de la gastronomía "un importante motor de la economía", que ya hay declaradas 51 fiestas de interés turístico vinculadas con la comida y que el 25% de los turistas que cada año visitan la comunidad confiesan que precisamente la gastronomía es la "principal razón por la que eligen Galicia como destino", según se recoge en el proyecto de decreto que elabora la Administración autonómica.
Ante el atractivo que despierta el mundo del vino y la cocina entre los visitantes, la Xunta no solo ha incluido estos dos elementos en su estrategia de turismo para este año, sino que los señala además como un "valor esencial para afrontar el reto de posicionar a Galicia como marca y como destino diferencial a nivel interno, nacional e internacional" y por ello, según se cuenta en el proyecto de decreto, merece ser tratado como una "prioridad política".
Pero hace falta una voz que defienda la comida gallega fuera de sus fronteras y exporte la marca Galicia. Y esa será la tarea del embajador gastronómico, que tanto pueden ser una persona, como una institución, una asociación o un colectivo, pero de prestigio en todos los casos. "Dado que la imagen de Galicia no se transmite solo a través de campañas genéricas de promoción, resulta necesario la creación de un figura que permita que personas o instituciones relevantes en el ámbito de la gastronomía puedan convertirse en embajadores gastronómicos de Galicia", asegura el Gobierno gallego.
Pero al contrario que otros embajadores del Xacobeo, como cuando se nombró a Julio Iglesias con una minuta de 300 millones de las antiguas pesetas en 1993, el nuevo título tendrá un carácter exclusivamente honorífico, no derivándose de su posesión ningún derecho administrativo ni económico.
Como se le pretende dar transcendencia al nombramiento, cuando se produzca su concesión, esta será entregada por el presidente del Gobierno gallego en un acto solemne.
