Las previsiones de los hoteleros gallegos para Semana Santa eran positivas, pero la clave era la meteorología. El tiempo acompañó hasta el Viernes Santo y la lluvia aguó la fiesta al sector en el fin de semana. Aún así, el turismo gallego "aguantó el chaparrón" y desde el Clúster Turismo de Galicia destacan que pese a que no se logró el récord de ocupación de la Pascua de 2015 en la que sí hubo buen tiempo, esta Semana Santa se colocaría como la segunda con mejores resultados desde el inicio de la crisis.

A la espera de los datos cerrados y detallados por zonas que la organización facilitará a finales de semana, el presidente del Clúster, Francisco González, avanza que la ocupación se movió entre el 65% y el 75%, en función de cada área. La meteorología adversa afectó sobre todo a los destinos de sol y playa y, según González, se notó en la estancia media a pesar de que, según aclara, el tiempo "no hizo tanto daño como en otros años" y se demostró que el trabajo y la estrategia para vender Galicia como producto diferenciado "están funcionando".

Los turistas que se animaron a salir y pasaron sus días de descanso en Galicia se quedaron pese a la lluvia y donde más se notó la caída fue en las reservas de última hora por parte de personas que pretendían escaparse solo el fin de semana y que debido a las precipitaciones decidieron no viajar. Los destinos de sol y playa fueron los más afectados por la entrada de las borrascas atlánticas en la comunidad. De esta forma, algunos alojamientos que el Jueves Santo tuvieron una ocupación del 94%, el sábado apenas consiguieron llenar la mitad de sus habitaciones.

El interior gallego fue, por el contrario, el que mejor capeó el temporal. En Ourense los hoteles balnearios estuvieron al 95% y en el resto alcanzaron una media del 70%, lo que explica el auge del termalismo en la provincia. Los días que la meteorología lo permitió los turistas se animaron también a comprobar las propiedades medicinales y curativas de las aguas termales ourensanas y llenaron estaciones termales como las de Outariz o A Chavasqueira.

El turismo rural saldó la Semana Santa con buenos resultados al incrementar en un 9% la ocupación, una mejora que se notó sobre todo en zonas como A Ribeira Sacra, donde muchas de las casas rurales colgaron el cartel de completo tanto el Jueves como el Viernes Santo. El responsable del Clúster Turismo de Galicia destaca que el éxito en este área se debe a "la combinación perfecta" de una oferta que une gastronomía, enoturismo y naturaleza en una época en la que la gente busca otras alternativas aparte de sol y playa.

En Lugo los visitantes se concentraron en Viveiro -localidad en la que la Semana Santa ostenta junto con Ferrol el título de Fiesta de Interés Turístico Internacional-, pero también aprovecharon para visitar la playa de As Catedrais en Ribadeo aunque fuese con paraguas. De hecho, los pases gratuitos que reparte la Xunta para limitar la asistencia al arenal a 4.812 personas se agotaron el viernes. Las ciudades y las Rías Baixas también hicieron frente a la lluvia pero lograron resultados más modestos como el 65% de ocupación al que llegaron los hoteles de Sanxenxo o los de A Coruña.

Desde el Clúster Turismo Galicia esperan que las cifras definitivas arrojen también una subida, aunque no muy pronunciada, de los precios. "Los alojamientos tienen que incrementar poco a poco las tarifas que durante las crisis estuvieron bajo mínimos para poder ganar rentabilidad", destaca González. Esa es una de las asignaturas pendientes del sector para este ejercicio. La de la ocupación parece superada, por lo menos en lo que se refiere a Semana Santa, porque a pesar de que las cifras varían en función de cada zona turística, la suma supone una media autonómica "positiva".