A Coruña tendrá más peso en el futuro Parlamento gallego. Las cifras del padrón de población auguran un cambio en el reparto de escaños por circunscripciones en las próximas elecciones autonómicas. Todo apunta a que esa provincia pasará a tener 25 diputados, uno más que en la actualidad, a costa de Lugo, que contará con 14, los mismos con los que seguirá Ourense y mientras Pontevedra mantendrá 22. Tan solo hay un antecedente en la historia de la autonomía de Galicia con una modificación en el reparto de escaños. Fue en 1997. Entonces, Pontevedra arrebató un asiento en O Hórreo a Ourense.

En la próxima cita con las urnas, prevista para después del verano, los gallegos elegirán un total de 75 diputados. Un mínimo inicial de 10 parlamentarios en cada provincia, según fijó la ley electoral de 1985, y el resto se distribuirán en proporción a su población. Hasta esa fecha la Cámara gallega contaba con cuatro escaños menos, pero se elevó la cifra hasta 75 para compensar el desequilibrio a favor de las provincias del interior, Lugo y Ourense. La pérdida de casi un 2% de la población en A Coruña respecto a las pasadas elecciones autonómicas y más de un 3% en Lugo están detrás de este nuevo escenario parlamentario que se espera para la próxima legislatura en Galicia.

Pese a que se tienen en cuenta criterios de población para el reparto de escaños, dado que todas las provincias tienen que estar representadas con un mínimo de 10 diputados, las demarcaciones de menor población, Ourense y Lugo, tienen mayor peso proporcional en la Cámara autonómica. Conseguir un parlamentario en estas dos últimas provincias cuesta casi la mitad de votos que en las circunscripciones de A Coruña y en Pontevedra. A modo de ejemplo, en las pasadas elecciones autonómicas los 24 diputados elegidos por la provincia de A Coruña salieron a una media de un acta por cerca de 47.800 habitantes y en el caso de Pontevedra, por más de 56.600 vecinos. Por el contrario, la proporción de escaños por habitante en Ourense fue de poco más de 23.000 y unos 27.000 en Lugo.

El salto de este escaño a favor de la provincia de A Coruña ya se auguraba al año siguiente de los comicios autonómicos de 2012. La tímida diferencia demográfica que ya había entonces a favor de la circunscripción coruñesa no hizo más que consolidarse con el paso del tiempo.

Este probable escenario en O Hórreo en la próxima legislatura coloca a la provincia de A Coruña en una posición clave, ya que es la única circunscripción de la comunidad con un número de escaños impar lo que podría dar un vuelco a los resultados en caso de un escenario político muy igualado. A Coruña es también la circunscripción gallega donde las fuerzas políticas más pequeñas, como Bloque o Ciudadanos, tienen más posibilidades de lograr uno o dos diputados si superan la barrera del 5% -porcentaje mínimo de votos que deben obtener las formaciones para tener representación-.

Este resultado inclinaría la balanza hacia las fuerzas de izquierda o derecha y podría ser determinante en la formación del futuro Gobierno gallego, después de que Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, congelase su prometida reforma electoral para reducir a 61 los escaños en juego.