Nunca la Agencia Tributaria había cosechado tanto dinero por sus actuaciones de la lucha contra el fraude fiscal. Inspecciones a empresas, comprobación de grandes patrimonios, revisión de contratos en fiestas patronales y ferias, facturas de comunidades de vecinos, verificación de declaraciones de la renta, alquileres en negro, trabajos no declarados, fraudes informáticos para llevar una contabilidad B? El rastreo del Fisco el año pasado en la comunidad gallega ha permitido aflorar más de 495 millones de euros, una cifra récord que supone casi un 9% más que el ejercicio anterior y un 41% más que en el arranque de la legislatura, en 2011.

No quedó hueco alguno el año pasado en la agenda de los inspectores de la Agencia Tributaria, que realizaron un total de 7.778 actuaciones de comprobación e investigación en Galicia. O lo que es lo mismo, más de una veintena cada día. La actividad inspectora durante 2015 en la comunidad gallega también fue al alza, con un 10% más de comprobaciones que el ejercicio anterior y casi un 140% más que hace cuatro años. Solo en 2015 se practicaron en Galicia más actuaciones que las llevadas a cabo entre 2011 y 2012, según el balance de la Agencia Tributaria.

El volumen de expedientes que Hacienda llevó a los tribunales se disparó el año pasado. El número de denuncias por delito fiscal y falsedades documentales en Galicia aumentaron en 2015 casi un 240%. En cuanto a las actuaciones puramente administrativas, la cifra de denuncias fiscales tramitadas por el área de inspección en la comunidad rondó las 1.200, un 38% más que las registradas hace dos años.

El grueso de la recaudación del año pasado procede de las liquidaciones y actos de gestión recaudatoria, que aportaron a las arcas de la Agencia Tributaria más de 320 millones. Esta cifra es similar a la de 2014, pero se queda un 15% por encima de la registrada hace dos años y casi un 30% respecto a 2011. Los más de 175 millones restantes que hizo aflorar Hacienda se reparten entre los ingresos por declaraciones extemporáneas de los contribuyentes, las minoraciones de devoluciones y los ingresos por expedientes de delito fiscal.

Economía sumergida

El plan de lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida puesto en marcha por la Agencia Tributaria sumó año tras año a nuevos sectores a la agenda de los inspectores. Colegios de Abogados y procuradores fueron de los últimos colectivos objeto de control del Fisco en Galicia. Otros contribuyentes, también profesionales liberales, han estado bajo la lupa de Hacienda. El celo de la Agencia Tributaria llegó incluso al altar e investigó pagos en negro en las bodas, a la vez que pedía facturas a los novios del banquete, los trajes, las alianzas y los reportajes fotográficos.

Los alquileres en negro de las viviendas también fueron controlados durante los últimos cuatro años. Para dar con los posibles infractores y destapar arrendamientos de pisos y locales no declarados se cruzaron las referencias catastrales de los inmuebles con las facturas de la luz. La Agencia Tributaria también pidió contratos y facturas para verificar si en las fiestas patronales y las ferias en Galicia se pagaba el IVA, así como los recibos de las comunidades de vecinos para destapar bolsas de dinero negro. En el cuarto año del plan especial contra la economía sumergida el control de estas actividades se incrementó con casi 1.500 visitas presenciales en Galicia, conocidas en el argot como peinados, lo que supone un 6,6% más que el año anterior y casi un 90% más que al inicio de la legislatura. Más del 74% de estos controles se concentran en los programas sobre economía sumergida y alquileres opacos.

Por sectores, las actuaciones de comprobación sobre sociedades y socios fueron las que más se dispararon en Galicia durante el último año (+65%). En este grupo se regularizan, según apunta la Agencia Tributaria, remansamientos fraudulentos que residencian buena parte de su capacidad económica en diversas mercantiles, disfrutando y usando bienes en poder de las mismas. Les sigue en la lista, las inspecciones a profesionales que realizan de manera fraudulenta su declaración de la renta, con un aumento de las comprobaciones en un año de más de 23%. Y, finalmente, el incremento en las actuaciones sectoriales -a empresas- superó el 9%.

Fraude informático

Otra de las áreas en las que los inspectores de Hacienda centraron su labor fue en el fraude informático, el llamado "software de doble uso" para llevar una contabilidad B en las empresas. En total se llevaron a cabo en Galicia más de 200 actuaciones de este tipo, lo que supone el doble de las que correspondería a la comunidad gallega respecto al total nacional teniendo en cuenta su peso relativo. Estas actuaciones, que según apunta la Agencia Tributaria, resultaron "de gran eficiencia para la detección del software de ocultación de ventas y alteración de la contabilidad y la obtención de pruebas en general", aumentaron en Galicia más de un 430% entre 2012 y 2015.

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