Galicia es el motor del lácteo en España al concentrar el 40% de la producción estatal y también el 56% de los productores. Pero crisis del sector, que se agudizó desde el pasado abril con la desaparición de las cuotas lácteas y una bajada continuada de los precios, hace mella en el campo gallego y ha dejado en el camino a 425 explotaciones de la comunidad que el año pasado echaron el cierre. Debido al peso de Galicia en el lácteo, estos cierres suponen el 70% de las 600 que desaparecieron en el último año en toda España, según los datos del Ministerio de Agricultura. La comunidad empezó 2015 con 9.606 productores con entregas de leche y en noviembre -el último mes del que hay estadísticas- la cifra se redujo en un 5% hasta los 9.181.

Las autonomías de la cornisa cantábrica son las más afectadas por la crisis del lácteo. A los 425 ganaderos gallegos que dejaron la actividad el año pasado, le sigue a bastante distancia Asturias con 86 cierres. En los primeros puestos también se sitúan Castilla y León y Cantabria con 68 y 32 ganaderías menos respectivamente. Estas comunidades son después de Galicia con un total de 2.000 explotaciones asturianas y unas 1.400 tanto leonesas como cántabras. Las zonas con menos granjas son las menos perjudicadas por la crisis de precios en el lácteo. Así, La Rioja mantiene sus 13 instalaciones y Comunidad Valenciana sus 26, mientras que en el caso de Murcia incluso cuenta con cifras positivas debido a la incorporación de dos nuevos productores en el último año hasta sumar las 25 actuales.

El lácteo gallego acumula varios ejercicios de sangría que se salda con una media de 500 instalaciones abandonadas por año. La época de vacas flacas que vive la comunidad explica que desde el inicio de la crisis Galicia perdiese un tercio de sus granjas de leche respecto a las 13.546 contabilizadas en 2008.

El diputado de AGE Antón Sánchez se refirió ayer a estos resultados para denunciar que el acuerdo lácteo firmado el pasado septiembre entre el Gobierno central y parte del sector para garantizar la estabilidad del lácteo "no funciona". Para Sánchez, que solo en un año e pierdan 425 explotaciones lácteas es una cifra "demoledora" que muestra el declive del sector en la comunidad y que debería hacer reaccionar a la Xunta.

La directora xeral de Gandaría, Belén do Campo, contestó al diputado de AGE con los mismos argumentos que la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, en su última comparecencia en el pleno del Parlamento gallego. Para ambas representantes del departamento autonómico, estas desapariciones no tienen que ver con los bajos precios a los que los ganaderos gallegos tienen que vender la leche a las industrias y primeros compradores, sino con la falta de relevo generacional para cubrir las jubilaciones de los productores y sobre todo a las fusiones de explotaciones pequeñas en otras más grandes.

En este sentido, la Xunta defiende que el número de granjas que producían menos de 100.000 kilos de leche se redujeron en un 55% en los últimos ocho años, mientras que las que generan más de 700.000 kilos aumentaron en un 205%. Do Campo insistió además en que el descenso de entregas se concentra en las ganaderías de menor tamaño, al contrario que las más grandes, que -añadió- producen más porque son "más competitivas y eficientes". Para Antón Sánchez este argumento no sirve porque también es responsabilidad del Gobierno gallego -alegó- que desaparezcan las pequeñas explotaciones.