La UPG, el partido hegemónico dentro del BNG, impuso su hoja de ruta en la decimoquinta asamblea del Bloque, celebrada ayer, en A Coruña, con la que la formación nacionalista pretende enderezar el rumbo y recuperar electorado tras los batacazos en los últimos comicios municipales y generales. En resumen, se apuesta por una refundación en un plazo máximo de un año, lejos de la urgencia que reclaman los críticos para llegar ya a las autonómicas con los deberes hechos, y se rechaza una alianza electoral con Podemos y Esquerda Unida, puesto que se fía todo a una candidatura nacionalista netamente gallega sin presencia de partidos estatales. Pese que tras la asamblea de Amio en 2012 -que se saldó con numerosas disidencias-, la UPG reforzó en teoría su poder interno, ayer se encontró con que un tercio de la militancia apoyó las propuestas de los críticos, quienes reclamaban precisamente una alianza electoral de amplio espectro y la posibilidad de confluir con En Marea, la coalición que incorporó parte del nacionalismo gallego y contribuyó a la debacle del BNG en las pasadas generales.

Esta oposición quedó perfectamente reflejada en el 31% de los votos que recibió la alternativa promovida por Carme Adán y Tereixa Paz, pero también en el 27,5% obtenido por la propuesta de Alba Nogueira, en favor de una gran alianza electoral abierta a Podemos y Esquerda Unida. Luego, esta disidencia interna quedó rebajada en la votación de la ponencia política oficial impulsada por la UPG, que cosechó el 79% de los apoyos (votaron 1.307 militantes). Pero esta circunstancia se explica porque para entonces gran parte de los críticos ya habían abandonado la asamblea en vista de que era imposible que prosperan sus tesis.

Más amplio fue el resultado que llevó a la diputada autonómica Ana Pontón a convertirse en portavoz nacional del BNG. Obtuvo un respaldo del 85,9% con 1.191 papeletas a favor, frente a las 170 que apoyaron la candidatura alternativa del portavoz municipal de Boiro, Carlos Branco, que ha entrado en la ejecutiva. En total, se acreditaron unos 3.500 afiliados en la asamblea, frente a los 5.000 de la de Amio en 2012, y el respaldo conseguido por Pontón fue diez puntos inferior al cosechado por Xavier Vence en su elección como líder del BNG. Con respecto a la anterior asamblea, se redujo sensiblemente tanto el número de participantes como de votantes.

En su intervención, la primera mujer portavoz nacional del BNG llamó a la unidad en el inicio de un nuevo ciclo político para defender la plena vigencia del nacionalismo. Sobre todo, añadió, tras comprobarse que en las negociaciones para formar Gobierno, Galicia no pinta nada. "Un revés electoral no significa el agotamiento de nuestro proyecto", dijo.

En su discurso, sin embargo, no realizó gesto alguno con los críticos, aunque estos, previamente, también habían expresado que el problema no eran los nombres para liderar el BNG, sino de modelo. Ana Pontón se comprometió a impulsar una candidatura nacionalista íntegramente gallega, sin representación de partidos de corte estatal. "Tiene que haber una papeleta naciolista en las autonómicas", arengó.