La primavera pasada con el fin de las cuotas lácteas un millar de granjas se vieron abocadas a vender su producción entre 18 y 20 céntimos, casi un 50% por debajo de costes y al mismo precio que la leche en polvo. A pesar de que las protestas y tractoradas del verano se saldaron con el acuerdo lácteo firmado entre el Ministerio de Agricultura y parte del sector, hoy los ganaderos se encuentran casi en el mismo punto. Galicia es la comunidad con los precios más bajos de toda España, unos 28 céntimos por litro, y aunque en números absolutos es la que más volumen de leche genera porque concentra el 40% de las explotaciones, es la que menos aumentó su producción en el último año. Unos 800 ganaderos, el 10% de los productores de la comunidad, venden ya la leche por debajo de los 20 céntimos. En esta situación se encuentran las 50 explotaciones de la cooperativa Codegui que llevan desde inicios de mes comercializando su producción a precios de leche en polvo, al igual que otro centenar que trabajan con Lácteos de Riotorto. Los sindicatos también alertan de que Lácteos Ortegal anunció a algunos productores que no les va a pagar la leche de diciembre y enero. A esto se suman , según denuncian, primeros compradores que actúan como intermediarios y alegan dificultades para colocar en las industrias el volumen de leche que gestionan.

El secretario xeral de Unións Agrarias (UUAA), Roberto García, exige que las administraciones comprueben que las industrias y los primeros compradores que le pagan a las granjas a precios de leche en polvo utilicen realmente ese producto para la fabricación de derivados lácteos y no los recoloquen en briks de leche líquida en las áreas comerciales. Para gestionar los excedentes, la organización de productores Unión Leiteira Galega (Ulega),vinculada al sindicato UUAA, propondrá a la Xunta y al Gobierno central que la cantidad de leche que cada año compra a la industria para enviar a ayuda humanitaria, en esta ocasión se mande pagando a precio de mercado el producto de los ganaderos gallegos que se queda sin recoger porque no tienen comprador.